Riopedre vuelve a ingresar en el HUCA y 82 médicos piden que salga de la cárcel

El expresidente del Principado Juan Luis Rodríguez-Vigil tenía previsto visitar ayer por la mañana a José Luis Iglesias Riopedre, exconsejero de Educación que desde hace un año cumple una condena de cinco años en el Centro Penitenciario de Asturias por el 'caso Renedo'. La intención de Rodríguez-Vigil era informarse del estado de salud de Riopedre y reclamar su excarcelación por razones «humanitarias». Pero no pudo ser. El exconsejero, de 81 años, recayó de su dolencia cardiaca y fue ingresado de urgencia en el HUCA. Allí está previsto que permanezca «varios días», según su entorno.

Se trata del sexto ingreso hospitalario de Riopedre en lo que va de año. Ante el reciente empeoramiento de su estado, la Junta de Tratamiento de la cárcel asturiana, así como la dirección de Instituciones Penitenciarias, se habían mostrado favorables a concederle el tercer grado. No obstante, el fiscal de Vigilancia Penitenciaria de Asturias, Juan José Martínez-Junquera, ha vuelto a solicitar al juzgado que Riopedre continúe en el segundo grado. Es decir, en prisión.

Si la jueza así lo decidiera, sería la cuarta vez que se le deniega la libertad vigilada. La abogada del exdirigente socialista, Anabel Prieto, está recopilando pruebas para intentar evitarlo.

Un total de 81 médicos de varias especialidades difundieron ayer una carta en la que reclaman la excarcelación de Riopedre, apelando a razones de salud y humanitarias. «La documentación médica a la que hemos tenido acceso aprecia la existencia de un riesgo vital a corto plazo para la supervivencia de esta persona, agravado por su internamiento, que con alta probabilidad reduce su potencial de vida, dadas las gravísimas enfermedades cardiovasculares y endocrinas que padece José Luis», argumenta la misiva.

Los firmantes también señalan que los servicios de Cardiología, Endocrinología y Urgencias del HUCA ya han descrito en los últimos meses la gravedad de las patologías de base y los episodios de recaída que sufre el exconsejero. Y añaden que éste padece un agravamiento de su cardiopatía, asociado al «estrés» del internamiento, al «aislamiento familiar y el desapego presentes en la vida en prisión», causantes de «depresión y ansiedad».

La carta sostiene que el «deterioro psicofísico» de Riopedre respalda «la inexistencia de riesgo para delinquir» y su «nula peligrosidad». Por lo tanto, reclama «un justo sentido de la humanidad y la clemencia».