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Leticia Álvarez charla con Lucía Velasco, en la entrega del premio Futuro en Femenino 2020. E. C.
«Seguiré reivindicando hasta que se nos valore y respete como merecemos»

«Seguiré reivindicando hasta que se nos valore y respete como merecemos»

«Para que la gente venga al campo lo primero es tener servicios básicos», urge la ganadera Lucía Velasco, Premio Futuro en Femenino 2020

EVA FANJUL

GIJÓN.

Jueves, 17 de diciembre 2020, 01:41

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«Luchando unidos, todo es posible», asegura la ganadera Lucía Velasco. Esta determinación y su apuesta firme por la mujer en el medio rural han sido reconocidos con el premio Futuro en Femenino 2020, que entrega el diario EL COMERCIO. Un merecido galardón para la presidenta de la Asociación Ganaderas Asturianas por «poner voz alta y muy potente a las mujeres del campo, por luchar por el medio rural y su dignidad, por querer un futuro en el medio rural femenino, y, sobre todo por pelear porque el medio rural tenga futuro», destacó Leticia Álvarez, jefa de Información de EL COMERCIO en el acto de entrega.

Velasco agradece un reconocimiento con el que «no contaba y que le ha hecho mucha ilusión». Lo recoge en nombre de todas sus compañeras de Ganaderas Asturianas: «Ellas son la base, yo simplemente soy la voz, una voz que seguirá reivindicando mientras me dejen y hasta que consigamos que se nos valore y se nos respete como merecemos». Recibir este premio supone, para ella, «un empuje para seguir luchando por el medio rural y apostando por la mujer en él». Para ello, esta joven ganadera hace uso de todos los recursos a su alcance, incluidos los tecnológicos, y es muy activa en las redes sociales, algo poco usual en los profesionales del campo. Su fórmula magistral se compone de «alegría y fuerza», dos elementos indispensables que transmite en sus mensajes y que cree que «animan a otras mujeres a luchar conmigo y a tirar adelante».

Esa lucha por mantener viva la actividad agraria asturiana forma parte de su compromiso con un legado que «merece la pena» conservar a pesar de las dificultades añadidas a la ya de por sí dura labor del campo como el problema del lobo, los recortes de la PAC, la subida de impuestos y el bajo precio de los productos. «Yo tengo muy presentes a mis antepasados. Ellos lucharon muchísimo y lo tuvieron mucho más difícil que nosotros. Así que no podemos dejar morir nuestras costumbres, nuestras tradiciones y nuestra forma de vida». A pesar de los escollos de la bajada del precio de la carne o incluso de lo que también ha afectado la pandemia, «los ganaderos de sangre no nos dejamos caer, porque al final es nuestra forma de vida y no queremos cambiarla, por eso luchamos, insiste.

Orgullosa de su legado

Transmitir este orgulloso legado forma parte de sus principales compromisos. Madre de dos niños pequeños tiene claro que ellos son el futuro. «Mis hijos lo viven conmigo. A la pequeña este verano la llevaba conmigo en la mochila a la espalda a cuidar las vacas y al niño también. Enseñándoles lo que a mí me ensañaron mis abuelos y bisabuelos. Yo les voy contando cosas que ellos hacían y que les cuesta trabajo creer», comenta. Les muestra la cabaña en la que sus antepasados vivían en verano. Allí «plantaban faba, lentejas de todo... Y entonces dicen que cómo iban a vivir aquí si están en mitad del monte y que cómo subían. En caballo, les digo».

Tomar conciencia de la cultura, conocerla, es para Velasco el primer paso para ponerla en valor. Por eso, insiste en la necesidad de que «se enseñe a los niños de dónde vienen las cosas», para que puedan apreciarlas. «Mis hijos tienen muy presente que yo soy ganadera, pero lo que yo quiero es que ellos estudien, se formen y tengan una explotación ejemplar, que innoven», manifiesta. La formación es esencial en el futuro que desea para el campo, porque «la ganadería no deja de ser empresa y tienen que saber controlarla y gestionarla. Hay que saber si una vaca está o no preñada, qué tiene que comer. Deben preparase para obtener la máxima rentabilidad posible en estos tiempos tan difíciles que tenemos», asegura. Reivindica el papel de los ganaderos como «pieza clave», porque «somos los que damos de comer a la sociedad». En ese sentido, defiende la calidad «impresionante» de los productos del campo asturiano.

«Más medios y servicios»

Comenta cómo la pandemia ha despertado el interés por el campo de muchas personas, que incluso hayan decidido irse a vivir allí. «Esto es bueno, porque aunque trabajen en la ciudad, se desplazan y generan vida en el campo». Lucía Velasco recibe a todos ellos de buen grado. «Me preguntan muchas cosas de la ganadería, por ejemplo, cómo salen los terneros, que les damos de comer», señala. Algunos se interesan por conocer su modo de vida y la acompañan al monte a atender a las vacas. «Al verlo, me dijeron que se daban cuenta de todo lo que tenemos que hacer para que llegue un filete al plato y que no es tan fácil como se cree». Esta ganadera agradece el apoyo pero, lo único que les pide es que «apuesten por lo nuestro, que a lo mejor les sale un poco más caro, pero al menos saben lo que están comiendo».

En cuanto al reto de fijar población y luchar contra la despoblación de la Asturias rural, lo tiene claro: «Lo primero de todo es cubrir las necesidades básicas, tener un confort y, a partir de ahí, se podrá empezar a hacer algo», reclama. Sin embargo, la realidad es que a día de hoy, las carencias en servicios, infraestructuras y comunicaciones siguen siendo casi insalvables.

«Presumimos con que queremos meter tecnologías en el campo y no nos llega el 3G ni siquiera para llamar al 112 si tengo un accidente», lamenta. Otro asunto importante, la atención a las personas mayores y a los niños, que no disponen de medios para relacionarse. «Y si yo como madre que soy veo a mi familia mal, me voy a ir», asegura.

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