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Mar Álvarez, asturiana con grado de dependencia III, accede al ascensor de la silla que controla con movimientos de su cabeza. JUAN CARLOS TUERO
Seis de cada diez asturianos con ayuda a la dependencia piden atención en casa

Seis de cada diez asturianos con ayuda a la dependencia piden atención en casa

Desde junio de 2019, los servicios de ayuda a domicilio se dispararon un 71% y los contratos para un cuidador familiar aumentaron un 35%

CHELO TUYA

GIJÓN.

Lunes, 30 de enero 2023, 02:44

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«La mayoría de las personas mayores quieren vivir en su casa». La frase, repetida desde hace años por los expertos en geriatría, logró apoyo en los datos del estudio realizado por la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar en 2021. Entre los encuestados, solo un 12% se veía en un futuro como residente en un geriátrico. Y nuevos datos refuerzan esa teoría. El 60% de los asturianos con una ayuda a la dependencia optan por un servicio que les permita seguir en su casa.

Así lo demuestran las estadísticas del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) sobre el Sistema de Ayuda y Atención a la Dependencia (SAAD), el que recoge todas las peticiones, resoluciones y servicios con cargo a la Ley de la Dependencia.

  • Solicitudes 43.882 asturianos han solicitado valoración de su grado de dependencia.

  • Con derecho 31.755 tienen derecho a una ayuda. La mayoría 13.337, de grado I (dependencia leve). Le siguen 10.672 de grado II (dependencia moderada) y 7.774 de grado III (gran dependencia).

  • Con ayuda 28.977 reciben realmente la ayuda a la que tienen derecho, porque 2.778 personas están en lista de espera.

  • Prestaciones 10.854 beneficiarios optaron por ser cuidado en casa por un familiar y 13 han contratado un asistente profesional. Otras 3.544 tienen ayuda para un servicio privado.

  • Servicios 6.922 beneficiarios cuentan con ayuda a domicilio. En residencia hay 3.545 y 2.475 tienen teleasistencia. A centros de día van 2.2.60.

Según sus datos, Asturias cerró diciembre con la cifra más alta de beneficiarios de la ley, 28.977, y el 61% lo hacía con un servicio que o bien se presta en su propia casa (ayuda a domicilio, teleasistencia, cuidador familiar, asistente personal) o permite que realice terapia a diario, pero sin cambiar de residencia (centros de día).

Una tendencia al alza, como lo prueban los porcentajes de crecimientos de los servicios que facilitan la permanencia en la vivienda habitual. Desde junio de 2019 hasta el 31 de diciembre pasado, la cifra de usuarios de teleasistencia se ha duplicado (pasó de 1.249 a 2.475); la de beneficiarios con ayuda a domicilio subió un 71% (había 4.055 en junio de 2019; hay hoy 6.922) y la de personas que son cuidados por un familiar creció un 35%.

La excepción hace la regla

Es esta figura la más polémica. En la Ley de la Dependencia, que entró en vigor en 2007, con Asturias a la cabeza de su aplicación, el cuidador familiar se considera 'excepcional'. La norma nació con el objetivo potenciar la atención profesional y dar un vuelco al modelo tradicional, en el que las familias llevaban en solitario el peso de los cuidados.

Para ello puso en marcha un sistema de grados de dependencia: III (gran dependencia), II (moderada) y I (leve) y habilitó una batería de servicios que encabezaban los centros de día. En 2007, se pensó que ese dispositivo, en el que el usuario recibe terapia diaria, sería la 'estrella', así como la novedosa figura del asistente personal. Es decir, una persona con cualificación profesional que se encargaría de facilitar la autonomía personal del beneficiario de la ley que le contrate.

Sin embargo, el alto coste de las prestaciones profesionales, llevó a las administraciones a multiplicar los pagos para el cuidador familiar, de forma que todavía hoy es mayoritaria. De los 1.727.429 españoles con ayuda a la dependencia, el 29,3% del total, es decir, 517.053 personas han optado porque tener a nómina a a un familiar.

La ayuda que recibe como persona dependiente sirve para pagar a este cuidador no profesional, mientras que el Estado se hace cargo del coste del alta en la Seguridad Social. En Asturias ocurre en el 29.35% de los casos, en línea con la media nacional.

En la comunidad valenciana se da el caso más extremo: el 53,81% de las ayudas a la dependencia se acogen a esta fórmula. La otra cara de la moneda está en La Rioja con solo el 10,06%.

El Principado quiere apostar por los servicios, cuyo uso se ha multiplicado. La consejera de Derechos Sociales y Bienestar se encontró al llegar al cargo, en julio de 2019, con 24.932 beneficiarios de la Ley de la Dependencia y una lista de espera de 3.358 personas. Empezó 2023 con un 35% más de dependientes con ayuda, 28.977, un incremento del 32% de las peticiones y una lista de espera de 2.778 personas. Un 22% menos

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