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La semipresencialidad, asignatura pendiente para el nuevo año

O. ESTEBAN

GIJÓN.

Lunes, 21 de diciembre 2020, 01:45

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Las cifras y el sentir general dicen que el primer trimestre ha salido mejor de lo esperado. Con mucho esfuerzo por parte de los centros y los docentes, es cierto, y algunos desajustes en protocolos, en la información con las familias... pero el porcentaje de aulas confinadas ha sido muy bajo. Pero ha habido dos cuestiones que sí han preocupado. La primera, las aulas internivel o mixtas, donde se han unido alumnos de dos cursos para poder mantener las ratios pero evitando desdoblar todas las unidades. Si bien el malestar fue notable al inicio del curso, la situación se ha ido normalizando. El segundo gran problema está lejos de solucionarse. Se trata de la semipresencialidad, que afecta a alumnos de tercero y cuarto de Secundaria y de primero de Bachillerato (también implicaba a los de segundo, pero la consejería de Educación lo solucionó finalmente).

La situación afecta a los centros que no pueden garantizar un metro y medio de distancia entre los alumnos de esos niveles. Por eso, han tenido que organizar turnos, que acuden a los centros en días alternos y el resto permanecen en casa.

Familias y partidos políticos han pedido una solución, convencidos de que el sistema no funciona, de que los resultados de esos grupos no pueden ser iguales a los que sí acuden a clase a diario. Incluso hay sectores de la enseñanza pública que temen un trasvase de matrículas el próximo curso a la red concertada si la situación se mantiene. Porque, como dice Tino Brugos, de SUATEA, «no se ha contratado a más personal, por lo que los profesores no pueden dar clase presencial y clase 'online'». El seguimiento de las materias para los alumnos que están en casa es desigual, dependiendo del centro, del docente y también del propio alumno y de los medios de que disponga.

A eso se suman los problemas con internet que tienen los centros desde hace semanas. La consejera ha anunciado un estudio para determinar si realmente este método influye en el aprendizaje. Sindicatos, familias y oposición dicen que no es suficiente.

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