El Sespa dobla guardias y aplaza descansos en los hospitales tras dispararse los contagios
Salud reorganiza la UCI del San Agustín en pleno puente festivo al empezar a desbordarse el HUCA debido a los ingresos por covid-19
MIRIAM SUÁREZ
GIJÓN.
Martes, 7 de diciembre 2021, 00:38
A la espera de que entre en vigor la obligación de instalar medidores de CO2 para garantizar una adecuada ventilación de los locales de hostelería, medida con la que el Gobierno del Principado pretende frenar la sexta ola de la pandemia, la escalada de contagios ha obligado a reorganizar en pleno puente festivo la unidad de cuidados intensivos del Hospital San Agustín. El Servicio de Salud del Principado (Sespa) daba orden de abrir una UCI covid en el centro hospitalario avilesino el pasado domingo. Aunque ayer, sin embargo, optaba por convertir el San Agustín en UCI de referencia para toda Asturias.
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«Hay nerviosismo», sacan en conclusión fuentes hospitalarias consultadas por EL COMERCIO. Lo que se pretende, en cualquier caso, es aliviar la presión asistencial que pesa sobre el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que empieza a verse desbordado por los ingresos derivados de la pandemia. Hasta hace quince días, este era el único equipamiento sanitario que atendía casos de coronavirus. Ahora mismo, y tras un incremento del 44% en el número de hospitalizaciones, ya son seis los centros hospitalarios asturianos que cuentan con áreas específicas para covid.
Asturias dispone actualmente de una treintena de camas de UCI para enfermos de coronavirus, distribuidas entre el HUCA y el Hospital de Cabueñes. El San Agustín aportará seis camas adicionales en una zona anexa a la actual unidad de cuidados intensivos. Refuerzo dirigido a dar respuesta, más allá del área sanitaria de Avilés, a las emergencias que pudieran surgir al margen de la pandemia en los centros hospitalarios con mayor sobrecarga asistencial, como el HUCA o el Álvarez Buylla de Mieres.
La situación está llegando hasta tal punto de que en algunas áreas sanitarias se ha informado ya a los profesionales de que habrá que doblar guardias y aplazar descansos. La medida afectaría, en principio, a intensivistas y personal de Enfermería. Esto es, a la plantilla que trabaja en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales. «Nadie sabe cómo lo resisten», replican las organizaciones sindicales.
Según la última actualización publicada por el Ministerio de Sanidad, de acuerdo al nuevo 'semáforo covid' que monitoriza la evolución epidemiológica del país, el Principado se encuentra en un nivel de riesgo bajo. Pero cada vez son más los municipios asturianos que superan la incidencia media nacional. Este indicador mide el número de contagios por cada 100.000 habitantes y, en el caso de algunos concejos, ese promedio se multiplica por siete. Escalada que está siendo especialmente empinada en las Cuencas, tanto en la zona del Caudal como del Nalón.
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En cuestión de quince días, el número de contagios ha crecido un 80% y se ha pasado de anunciar la llegada de una sexta ola a tenerla encima. La pandemia no ha dado tregua durante los primeros días del puente festivo de la Constitución y, por primera vez en mucho tiempo, Asturias rebasaba el umbral de 400 casos en un solo día. Las autoridades sanitarias prevén un mes «muy complicado», por las celebraciones propias de las navidades, pero no contemplan -al menos, de momento- restricciones de aforos, horarios o movilidad.
Asturias tampoco se plantea la implantación del 'pasaporte covid', como han hecho ya otras comundiades autónomas. Por ejemplo, Galicia, Aragón, Cataluña, Baleares o Canarias. La vecina Cantabria ha pedido autorización a su Tribunal Superior de Justicia para hacer también obligatorio el certificado de vacunación para acceder a bares y restaurantes, ocio nocturno y eventos culturales o multitudinarios. Y el gobierno de Castilla y León lo decidirá el jueves.
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Según el presidente del Principado, Adrián Barbón, el objetivo principal de esta medida es estimular la vacunación, lo que aquí no tendría una gran relevancia si se tiene en cuenta que la cobertura de Asturias frente al coronavirus es de las más elevadas de Europa. Pero la administración de más de 1,8 millones de dosis no ha conseguido evitar una sexta ola epidémica, aunque el riesgo de padecer una infección grave se reduce notablemente: «Sin la vacuna, hoy habría 16 veces más de pacientes hospitalizados en planta y 23 veces más de críticos en UCI».
En eso se basa el Principado para explicar su estrategia frente a la sexta ola, que consiste en obligar a instalar medidores de CO2 en todos aquellos negocios donde se producen aglomeraciones y no se puede garantizar el uso permanente de la mascarilla. Fundamentalmente, en hostelería y gimnasios. La decisión entrará en vigor a lo largo de esta semana, en cuanto reciba el visto bueno del Consejo de Gobierno. Los medidores del aire permiten conocer la concentración de partículas en espacios cerrados. A más de 800 por metro cúbico, habrá que ventilar o reducir aforo.
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Está previsto, además, reforzar el trabajo de inspección, para detectar y penalizar el incumplimiento de las normas básicas de prevención, como el uso de la mascarilla o la ventilación cruzada en interiores. Los médicos no se andan con paños calientes: «Si el mensaje de que hay que cumplir las normas básicas de protección no cala, las autoridades sanitarias tendrán que ser más contundentes, pero no se puede seguir así».
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