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Los nuevos cofrades de mérito posan con las botellas recién corchadas de la pipa que reúne los caldos de 49 llagares.
La Buena Cofradía de los Siceratores reivindica el Museo de la Sidra

La Buena Cofradía de los Siceratores reivindica el Museo de la Sidra

El equipamiento naveto acoge el Axuntábense II, la ceremonia para corchar las botellas con los caldos de los llagares del festival

LYDIA IS

Viernes, 20 de marzo 2015, 00:15

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La Buena Cofradía de los Siceratores de Asturias celebró ayer en el Museo de la Sidra de Nava el Axuntábense II, la ceremonia tradicional para corchar las botellas con la sidra de los 49 llagares asturianos participantes en el pasado festival, que lucen etiqueta del pintor Favila. En un salón abarrotado, el acto comenzó con el llamamiento a todos los cofrades, que al son del himno se incorporaron capitaneados por Roberto Llamedo, el primer maestre sicerator.

Durante su intervención, Llamedo se mostró muy reivindicativo. Primero, con el Museo de la Sidra, por lo que instó a los patronos a apostar por el equipamiento que el pasado año vio amenazado su futuro. «Es único en el mundo y un elemento diferenciador de la zona, debemos convertirlo en la punta de lanza del turismo», señaló. Y después con la importancia de que la sidra sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, por lo que pidió que «todas las administraciones trabajen para lograrlo».

Tras su discurso cobraron protagonismo los nuevos cofrades. Enrique Tuya, Jacques Sangrouber, María José Cabeza y la Asociación La Puente Arriba fueron investidos como siceratores de número. Y el portal de internet Where is Asturias, el experto catador de sidra Maximino Villarrica, el campeón vigente del concurso regional de escanciadores, Salvador Ondo; la cooperativa Campoastur y el llagarero Andrés Canal fueron nombrados cofrades de mérito «por su contribución a la cultura de la sidra». Tras pronunciar el juramento, los siceratores de mérito se encargaron de corchar las botellas.

Citados por el maestre para el próximo año, la ceremonia finalizó con todos los cofrades cantando el himno. Posteriormente se reunieron para una espicha en el Llagar de Lolina, donde además se subastó una de las botellas. En el acto estuvieron presentes también representantes de otras cofradías asturianas y políticos de la Comarca de la Sidra.

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