Una cima épica para la Vuelta

«El 8 de septiembre será un día histórico para Nava». El alcalde, Juan Cañal, no ocultaba ayer su satisfacción tras la inauguración del arreglo de la carretera de acceso a Les Praeres, una cima que será por primera vez final de meta de la Vuelta Ciclista a España. 250 personas se dieron cita, en bicicleta y a pie, para conocer las nuevas condiciones del trazado, que ahora cuenta con un tramo de asfalto, otro de hormigón y un tercero de zahorra.

De las obras del último tramo se encargó el Ayuntamiento y de los dos primeros, la empresa asturiana Pavitek, cuyo director, Alberto Fernández, también estuvo presente. «Participar en un proyecto así es muy interesante porque nos permite demostrar nuestras capacidades, fue una obra compleja por las pendientes y las medidas de la carretera y hubo que trabajar a contrarreloj», señaló.

La primera parada de la marcha cicloturista, que partió de la plaza Manuel Uría al mediodía, fue en Pra, donde tuvo lugar el corte de cinta oficial. El gaitero y ciclista naveto Pepe Pérez acompañó con el himno de Asturias. A partir de ahí comenzó el ascenso. «Va a ser una etapa muy dura que marcará la diferencia por los desniveles que tiene, será un sitio para disfrutar y la llegada a meta en tierra, un aliciente para el deporte», aseguró el ciclista Chechu Rubiera, uno de los primeros en hacer cumbre.

«A Nava le va a venir muy bien, cada vez somos más ciclistas y es un atractivo turístico», añadió Laura Palacio, ciclista local y primera mujer en llegar a la cima. Desde Pola de Siero se desplazó Jaime Muñoz con seis amigos. «La penúltima rampa es la más complicada, es una subida muy dura y la carretera estrecha, el día de la Vuelta van a pasarlo mal», apuntó.

Y quienes ya conocían el ascenso, explicaron que las obras restaron dureza. «Subí hace un par de meses, cuando estaba sin arreglar y fue muy difícil, ahora lo es menos, pero aun así, es muy dura, a ver si tenemos suerte y se decide aquí la Vuelta, va a ser una etapa épica», comentó Pablo Álvarez.

Tras una foto de familia que pasará a la historia local, los participantes regresaron a Nava, donde disfrutaron de una paella preparada en el llagar de Lolina por la Asociación de Criadores de Ganado Equino de la Montaña Asturiana.