María Zabildea, en un taller de Empantallados. E. C.

El móvil, mejor a partir de los trece años

Un centenar de padres de Los Robles y Peñamayor acude a los talleres de educación digital de Empantallados

EUGENIA GARCÍA

Miércoles, 6 de febrero 2019, 00:15

Nacen prácticamente con un 'smartphone' en la mano, pero que sean nativos digitales y casi instintivamente sepan utilizar las nuevas tecnologías no quiere decir que vayan a hacer un buen uso de ellas. A no ser que se les eduque para ello. Y los padres no pueden ser ajenos, sino que deben comprender que «viven en una sociedad multipantallas de la que no podemos excluirles, pero sí acompañarles y educarles». Es uno de los aspectos sobre los que incidió la periodista María Zalbidea en el taller de educación digital para padres que impartió ayer, día internacional de la internet segura, en el colegio de Fomento Peñamayor, en La Barganiza.

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Según el estudio 'El impacto de las pantallas en la vida familiar', realizado por la consultora GAD3 para la plataforma de educación digital para familias Empantallados, cuatro de cada diez padres afirman que las pantallas suponen una fuente habitual de conflicto con los hijos. Ayudar a otros a construir una relación sana con la tecnología es el propósito de este taller que va ya por su tercera sesión de seis jornadas en las que, hasta mayo, la autora del blog 'Cosiendo la brecha digital' abordará con un centenar de familias de los colegios de Los Robles y Peñamayor.

¿Cuáles son las preocupaciones de los padres? «Muchos citan el ciberacoso y la relación con los desconocidos, pero hay otros peligros que sin ser tan espectaculares son mucho más comunes e igualmente perjudiciales». Son, por ejemplo, el acceso a contenidos inadecuados, la sobreexposición de la imagen o la pérdida de tiempo. Según los expertos, la única manera de hacer frente a estas situaciones es prevenir.

Miedo a lo desconocido

«Hay que medir la temperatura tecnológica del hogar y preguntarse qué relación tenemos los adultos con la tecnología, si nos da miedo o la afrontamos con naturalidad». «Hay que entender que su generación es distinta, interactiva. Y cuando comienzas a afrontar ese miedo a lo desconocido y comprendes en qué redes están y qué indicios pueden hacer pensar que su relación con la tecnología no es sana, podemos aprender a protegerles», aseguró.

Las señales de alerta son cambios físicos o emocionales tales como «ansiedad, pérdida o ganancia de peso, alteración del sueño, cambios en las notas....».

Y la herramienta más eficaz es la prevención. «Antes de poner en manos de nuestros hijos el primer móvil hay que estar preparados como padres y haber hablado con ellos. Prepararles y prepararnos. El exceso de conectividad al que estamos acostumbrados hace que adelantemos ese momento. Es mejor no darlo antes de los trece años».

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