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El director Samuel Fuentes Berros. PABLO NOSTI.
Una ópera prima arriesgada

Una ópera prima arriesgada

Tras su estreno en el Festival de Sevilla, con lleno en los dos pases, 'Bajo la piel de lobo', de Samuel Fuentes Berros, agotó las localidades del Teatro de la Laboral en el FICX y fue la proyección con más espectadores de todo el festival gijonés

JOSÉ CEZÓN

Miércoles, 13 de diciembre 2017, 08:08

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El cineasta Samuel Fuentes Berros (Noreña, 1972) está saboreando la gran acogida de su primera película ‘Bajo la piel de lobo’. Tras su estreno en el Festival de Sevilla, con lleno en los dos pases, en el FICX agotó las localidades del Teatro de la Laboral y fue la proyección con más espectadores de todo el festival gijonés. El estreno en salas comerciales será el 9 de marzo y se prevén presentaciones en Berlín, Sundance, Bruselas, Bafici y TriBeCa. También existe un acuerdo para emitirla en TVE. Una merecida recompensa para un proyecto que estuvo casi cuatro años buscando financiación y que recibió «muchos palos, todos en cadena», afirma. El presupuesto fue de 1,7 millones y la producción corrió a cargo de Orreaga Filmak y Nasa Producciones. Fue, además, el segundo proyecto más subvencionado por el ICAA.

El germen de la película fue una excursión con unos amigos a la zona de Los Beyos, donde le relataron la historia de un hombre que, aislado en la montaña, se vio obligado a convivir con su mujer muerta. Primero pensó en un documental, un género en el que Samu se estrenó en 2008 con ‘Miraflores’, pero enseguida percibió que el personaje tenía «mucho potencial», por lo que optó por escribir un guión de ficción y ambientarlo en las primeras décadas del siglo XX. El actor Mario Casas encarna a ‘Martinón’, un alimañero ermitaño que solo baja del monte a intercambiar pieles por víveres y al que el amor se le cruzará en su existencia. Las actrices son Irene Escolar y Ruth Díaz. «Entraron por el guión y los tres respondieron rápido», desvela el director. La película se rodó en la aldea de Argul (Pesoz), Santa Eulalia de Oscos, Taramundi y Villayón, y también en el Pirineo de Huesca. La banda sonora es de Paloma Peñarrubia y estuvo interpretada por la OSPA por gentileza del Principado, que también colaboró en la logística.

«Es una apuesta arriesgada, hay pocos diálogos y un ritmo pausado, pero no es lenta y te obliga a estar enganchado», afirma Samu, consciente de que «no va a gustar a todo el mundo», pero que conquistará a un determinado público. Destaca del filme que «no hay buenos, ni malos» y que el espectador podrá ir alterando su percepción de unos personajes condicionados por la época y las situaciones. Sobre su oficio, el noreñense dice que siempre está abierto a escuchar las sugerencias de los actores y del equipo técnico: «Dirigir tiene que ser eso, no imponer, ni ordenar».

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