«Lo peor es recoger botellas rotas con las manos»

Los trabajadores habían conseguido llenar ayer por la mañana tres contenedores -con capacidad para varios miles de kilos- de los siete que hay instalados en La Sobatiella. «Vamos a tener que traer más», comentó uno de los operarios mientras su compañero bromeó: «Yo que nunca tuve la oportunidad de venir a la fiesta, ahora estoy limpiándolo, es una manera diferente de vivir el Carmín».

Para dejar La Sobatiella como nueva, ltan solo cuentan con una escoba de jardinería y una cesta en la que van apañando la basura para cargarla en un dumper -vehículo para transportar materiales ligeros- que, posteriormente, la volcará en los grandes contenedores.

Para Menéndez, «sin duda», la peor zona se la encuentran donde estuvieron de fiesta los más jóvenes. «En la parte de las peñas no hay casi desperdicios, pero en la parte del botellón se encuentra el grueso de la basura», añadió. Además, cree que la medida de prohibir las bebidas destiladas, ocasionó que la gente llevase a la fiesta «menos bolsas de plástico» ya que el año pasado «nos encontramos con un manto blanco». «Aun así, sigue siendo una burrada de basura», sentenció.