«La silicosis está lejos de desaparecer. Hay 180 casos nuevos al año»

Luis Díaz López | Director del Instituto Nacional de Silicosis | El instituto que dirige Luis Díaz acaba de cerrar acuerdos de colaboración con Chile, Argentina y Perú para el estudio de enfermedades laborales

LAURA FONSECA

OVIEDO.

Domingo, 23 de diciembre 2018, 05:24

Ha pasado de liderar proyectos sobre pasarelas de aeropuertos y túneles a dirigir el Instituto Nacional de Silicosis. Luis Díaz López (Mieres, 1978), ingeniero de minas, es desde abril de 2017 máximo responsable de este centro nacido en los años sesenta para tratar a los mineros que enfermaban de silicosis. Antes de recalar en Asturias, Luis Díaz López, casado y con un hijo, trabajó en Londres en Thyssenkrupp y también en Cataluña y Galicia. Entre 2008 y 2011 fue jefe de obras municipales en Mieres, su pueblo natal.

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-¿Qué hace un ingeniero en el Hospital Universitario Central de Asturias?

-(Risas). Me lo pregunta mucha gente, la verdad. Lo que tal vez no se conozca mucho es que el Instituto Nacional de Silicosis tiene un departamento técnico que se creó en 1960, cuando nació el propio centro de la mano de la necesidad de abordar la enfermedad relacionada con el polvo de la mina. Siempre fue un departamento muy potente, que contó con ingenieros de minas y de químicos, así como técnicos.

-¿Qué tal se siente en un ambiente tan sanitario?

-Muy bien, aunque es un ambiente más desconocido para mí, me parece apasionante.

-Antes de estar aquí, estuvo en Thyssenkrupp, ¿no?

-Sí, era gestor de proyectos.

-Cada vez hay más ingenieros en los hospitales.

-Sí, ya en el antiguo HUCA había bastante ingenieros trabajando. De hecho, llegó a tener un gerente que era ingeniero.

-Su llegada a la dirección del Instituto de Silicosis, tras un proceso de selección con otros seis candidatos, tuvo unos inicios un tanto incómodos, ya que su nombramiento fue recurrido y paralizado en los tribunales porque decían que su designación no se ajustaba a la ley.

-Sí, es verdad. Hubo recurso pero la justicia ya determinó lo que tenía que determinar y aquí estoy.

-Pero le tuvieron, digamos, que 'desnombrar' y volver a nombrar, ¿no?

-Sí, en un primer fallo se entendió que la designación no estaba suficientemente motivada. El Servicio de Salud del Principado recurrió la sentencia y el Tribunal Superior de Justicia de Asturias determinó que había que volver a hacer el nombramiento, como así se hizo.

-En todo ese tiempo, ¿qué hizo usted?

-Me mantuve al margen y a la espera de la decisión que se adoptara.

-¿Cree que el recurso presentado contra su nombramiento es porque ciertos sectores sanitarios no querían una persona que no fuera médico para dirigir el Instituto de Silicosis?

-No lo sé. Confío en que no, porque este instituto tiene un largo historial de profesionales ingenieros y de la mina.

-Usted estaba en Londres trabajando en Thyssenkrupp en proyectos relacionados con pasarelas aeroportuarias, ¿por qué decidió presentarse a director de Silicosis?

-Me pareció algo muy atractivo para un ingeniero. Como mierense, la mina siempre estuvo muy presente en la mina.

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-También estuvo en Cataluña en Dragados y Geotúnel como jefe de producción de túneles, entonces, ¿le podría preguntar por la variante de Parajes también, no?

-(Risas). Uy, no sé si seré de mucha ayuda en eso. La variante de Pajares tiene más un problema de apertura que de estructura.

-Bueno, tiene una ladera, la de Campomanes, que se mueve un poco.

-Sí, sí, eso parece. Es que es un proyecto complejísimo.

-Volvamos a Silicosis, ¿qué se hace desde el Instituto?

-El instituto tiene dos departamentos, el técnico, con un edificio propio, y el médico, a través del servicio de neumología y medicina preventiva, que está integrado en el HUCA. En su día, el antiguo instituto llegó a tener cardiología, urgencias y otros servicios que con el proceso de fusión hospitalaria acabaron por integrarse en el Hospital Central. Ahora mismo no tendría sentido volver a recrear ese modelo en el Instituto de Silicosis estando un hospital como el HUCA. Todo lo que médicamente necesita Silicosis nos lo proporciona el HUCA.

-¿De qué se ocupa el departamento técnico?

-Consta de un laboratorio de análisis físicoquímicos, donde se analiza fundamentalmente muestras de origen industrial, sobre todo de polvo proveniente de ambiente laboral, y también de medio ambiente. En este edificio del departamento técnico de Silicosis está también el servicio de prevención.

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-¿Con cuántas empresas están colaborando el Instituto de Silicosis?

-Al año, procesamos unas 17.000 muestras provenientes de empresas de todo el país y también de alguna de fuera. Aunque llevemos la palabra Silicosis en el nombre, el instituto se dedica al estudio de muchas más cosas, además de la enfermedad silicótica y de enfermedades respiratorias ocupacionales.

-¿Por ejemplo?

-Hacemos desde estudios de asma ocupacional, Epoc y enfermedades provocadas por la inhalación de amianto.

-¿Cuántos casos de silicosis se siguen registrando?

-Lamentablemente se siguen produciendo cerca de 180 nuevos casos al año. Es cierto que hay menos enfermos que antes, pero es una dolencia que está lejos de desaparecer.

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-Los nuevos casos ¿se dan en trabajadores que contrajeron la enfermedad hace años o se trata de empleados afectados hace poco porque las empresas no tomaron las medidas preventivas adecuadas?

-Ambas cosas. La enfermedad tiene un periodo de latencia que, dependiendo del sector en el que se produzca, va de los diez a los quince años. Luego, existen casos que aunque pongas medidas preventivas se producen igual.

-¿Todos son de la mina?

-En los años que se creó el instituto todos los enfermos eran trabajadores de la mina, pero con el paso del tiempo eso fue cambiando. De los 180 nuevos casos, un cuarto son de la mina, un 25% de la minería de granito, otro 20 a 25% son de pizarras y el resto corresponde a fundiciones, droguerías y construcción.

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-Y aunque la minería haya descendido drásticamente su actividad, ¿se siguen registrando casos de silicosis?

-Sí, desgraciadamente, sigue habiendo nuevos casos, pero como digo no solo relacionado con la mina de carbón sino también de granito o pizarra. No obstante, la silicosis ha bajado muchísimo; cuando se creó el instituto se llegaban a diagnosticar más de 450 casos al año.

-Recientemente ha estado en Sudamérica con proyectos de colaboración, ¿en qué se plasman esos acuerdos?

-Estuvimos en Chile, Argentina y en Perú, países con los que vamos a colaborar activamente en la elaboración de estudios de enfermedad respiratoria ocupacional. Con Chile ya veníamos trabajando desde 2004 con Codelco, la principal empresa productora de cobre. Lo que vamos a hacer es reanudar esa colaboración, a través del departamento de Salud Pública del Gobierno chileno y con el resto de países vamos a realizar proyectos de colaboración.

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Traslado al nuevo HUCA

-En el antiguo HUCA, el Instituto de Silicosis tenía su propio edificio asistencial, pero al pasar al nuevo hospital perdió esas instalaciones. ¿Cree que ahora tiene menos peso?

-No lo creo. Ahora también dispone de un edificio propio donde se concentra el departamento técnico y funciona como órgano que depende directamente del Sespa. No me parece que haya perdido peso. De hecho, es un centro de referencia nacional en materia de enfermedades respiratorias ocupacionales.

-¿Cuando finalizó la carrera, pensó alguna vez en que acabaría como director de Silicosis?

-Bueno, cuando uno acaba la carrera no sabe muy bien ni dónde está (risas). Solo pensaba en poder trabajar en lo mío donde fuera.

-¿Qué le parece que varias de las minas se hayan convertido en sitios turísticos?

-Lo veo como una interesante reconversión, ya que no solo se convierte en un potencial turístico sino que da la oportunidad a la gente a conocer el sector de la minería, que es un sello de identidad de Asturias.

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-España avanza hacia un cambio importante de reconversión energética en el que el carbón cada vez tiene menos cabida. Eso en principio parece algo bueno, aunque para Asturias y su sector industrial no lo sea tanto. ¿Como ingeniero y director de Silicosis, qué opina?

-Es un cambio de modelo al que se iba a llegar tarde o temprano. A mí personalmente me parece que puede haber un mix energético donde el carbón tenga lugar.

-¿El coche eléctrico se lo llevará todo?

-El coche eléctrico está muy bien, pero lo que pocos saben es que sus componentes proceden todos de la minería.

-¿Ah, sí?

-Sí, las baterías llevan litio y cobalto y todo eso viene de la minería.

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