Uno de los blanqueadores de Sito Miñanco lidera una comunidad evangélica en Llanera

Entre la treintena de arrestados figuraba Federico Aparisi, madrileño de 52 años, con domicilio fiscal y residencia legal en Algeciras -donde también vivía Sito Miñanco en régimen de tercer grado- pero con presencia habitual en Asturias, donde el grupo evangélico que lidera, Communitas International, se asentó hace aproximadamente dos años. «Recientemente sus vidas han dado un giro radical al experimentar el llamado de Dios a dejarlo todo para dedicarse por entero a comunicar y mostrar el amor de Dios a quienes les rodean. El conocimiento profundo de la cultura española, su amplia red de conocidos y su capacidad para establecer relaciones son algunas de las herramientas en las que se apoya su trabajo», lo describen a él y a su familia en la página web de su comunidad. Tanto sus cuentas bancarias personales como las de la comunidad en Asturias están bloqueadas por la Audiencia Nacional. Según se recoge en el sumario judicial al que ha tenido acceso EL COMERCIO, «Federico Aparasi Arenzana aceptaba el dinero conociendo su ilícita procedencia y utilizaba falsos créditos entre familiares para justificar la entrada de ese dinero en sus cuentas».

En su declaración ante la Brigada de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (Udyco) de la Policía Nacional, manifestó que tanto él como su mujer se encontraban en situación de desempleo y que cobraban una ayuda de 430 euros, a lo que se sumaba 1.050 euros del alquiler de una vivienda en Madrid. Sin embargo, presuntamente, en sus cuentas bancarias aparecían ingresos en mano y transferencias por valor de 45.000, 3.000, 4.000 y 2.500 euros, entre otros pagos. Lo justificó ante las autoridades como donaciones de familiares políticos. Los investigadores consideran que el dinero procedía de la venta de droga y que él formaba parte del grupo de movimiento de dinero en metálico de José Ramón Prado Bugallo (alias Sito Miñanco).

Hace unos dos años la comunidad decidió trasladarse desde el barrio madrileño de Malasaña a Asturias, a Llanera, a no mucha distancia de la cárcel de Asturias. Escogieron San Cucao por la «tranquilidad» y se instalaron en el que anteriormente había sido un hotel rural. Se consideran a sí mismos misioneros y tienen por objetivo evangelizar al pueblo y dar a conocer «la sanidad redentora y plenitud a través de Jesús».

Desde que recalasen en Asturias han pasado prácticamente inadvertidos en su entorno. En Llanera son pocos los que conocen que el grupo -no muy numeroso- forma parte de su día a día. Federico Aparisi se autodenomina educador cristiano y asegura que ejerce una importante labor pastoral. En 1997, en una entrevista concedida por su labor evangelizadora, afirmaba que entre sus cometidos estaba «luchar contra el robo, la mentira, el abuso de poder; explicamos nuestra forma de vida predicando con el ejemplo». Veintiún años después espera el juicio en la Audiencia Nacional como supuesto integrante de la organización del mayor narco europeo.