«Solo uno de cada cuatro suicidas acude previamente al sistema de salud mental»

En realidad, el de María no es un caso aislado. Solo una de cada cuatro personas que se quitan la vida ha recibido previamente algún tipo de ayuda profesional. Así lo dio a conocer ayer Pilar A. Sáiz, catedrática de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo. Lo hizo durante la tercera sesión del ciclo de conferencias 'Suicidio: Agárrate a la vida', organizado por el Instituto de Neurociencias del Principado de Asturias (Inepa).

El punto de partida de la jornada fue el caso concreto de María. Todos ellos coincidieron en una premisa: la soledad como factor de riesgo. «Por lo general, las personas mayores son más proclives a desarrollar depresión o demencia», explicó el psiquiatra Luis Jiménez Treviño.

A ello, la psicóloga clínica Teresa Bobes añadió los efectos devastadores de la pandemia de covid: «el confinamiento deterioró enormemente la salud de nuestros mayores».

Para Paula Zurrón, enfermera especialista en salud mental, la solución pasa por reforzar equipos multidisciplinares que combatan directamente la soledad no elegida. «Sin una red firme de acompañamiento es muy difícil que las personas salgan de su dolor», apuntó.

Daniel Rodríguez, presidente de la asociación de familiares y personas con enfermedad mental (Afesa), abrió un resquicio a la esperanza y celebró que los tabués empiecen a resquebrajarse. «A raíz de la pandemia se está empezado a hablar abiertamente del tema». señaló.