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El responsable de la sanidad asturiana, Pablo Fernández Muñiz, en su despacho de la Consejería de Salud. PABLO LORENZANA
«Suben los casos, pero no las hospitalizaciones y eso marca ahora las medidas»

«Suben los casos, pero no las hospitalizaciones y eso marca ahora las medidas»

Pablo Fernández Muñiz Consejero de Salud ·

«La nueva estrategia de control de la pandemia entra ahora en vigor, pero no se aplicará si no se dan unas condiciones»

MIRIAM SUÁREZ

OVIEDO.

Domingo, 27 de marzo 2022, 01:19

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Pablo Fernández Muñiz (Avilés, 1966) no se ha contagiado de covid. Pero, como consejero de Salud, sí que ha sufrido el coronavirus, que «me pasó factura, como al resto de la sociedad». Ahora que la pandemia entra en una nueva fase, analiza con EL COMERCIO la situación actual y la venidera: «Necesitamos pasar página a la adversidad».

-¿Se empieza a normalizar la situación porque se le ha ganado la batalla al coronavirus o porque ya la dan por perdida?

-Ni la ganamos ni la perdimos. Todavía no se puede hablar de la pandemia en pasado. El virus sigue circulando y las nuevas variantes pueden surgir en cualquier país. Lo que ya no tenemos son las incertidumbres enormes del principio, lo que nos permite tomar decisiones con más tiempo y compatibilizarlas con los objetivos de esta legislatura.

-¿Le ha pasado factura la pandemia?

-Me ha pasado factura a mi, como al resto de la sociedad. Encima, cuando el coronavirus empezaba a dejarnos capacidad para sacar adelante los proyectos que teníamos antes de la pandemia, llega otra situación endiablada como es la invasión de Ucrania, que tiene un impacto económico a nivel global. Si no es una cosa es otra. Resulta desmoralizador, pero soy optimista, a pesar de todo.

-¿Y a nivel político? ¿Le ha desgastado?

-Eso es algo que asumo. Lo que necesitamos es pasar página a la adversidad.

-Hay un repunte de covid y desde su Consejería se da por hecho que habrá casos graves y reinfecciones. ¿Seguro que este es el momento adecuado para cambiar la estrategia de control de la pandemia?

-Efectivamente, hay un mayor número de casos detectados mediante pruebas diagnósticas. Pero estamos viendo que esa mayor incidencia no se traduce en casos graves ni hospitalizaciones. Por dos razones: la alta cobertura de vacunación y la inmunidad natural que la sexta ola ha producido en una gran parte de la población. Los responsables políticos tenemos que confiar en los técnicos y los técnicos nos dicen que lo que toca en este momento es centrarnos en los colectivos y entornos vulnerables.

-Si dejan de hacer cribados y ya no hay que guardar cuarentena, más que proteger a las personas vulnerables, ¿no las están abandonando a su suerte?

-Todo lo contrario. Nuestros esfuerzos irán dirigidos a las personas más vulnerables: mayores de 60 años, inmunodeprimidos, embarazadas, personas institucionalizadas, residentes de centros sociosanitarios... Ahí precisamente es donde seguiremos tomando medidas de control y haciendo pruebas diagnósticas.

-Pero ya no se previene la infección, se actúa a posteriori.

-Esta nueva estrategia de vigilancia epidemiológica se ha aprobado por unanimidad de todas las comunidades autónomas porque los técnicos tienen pocas dudas de que esto es lo que procede en este momento. Hay que pensar también que las personas vulnerables reciben un refuerzo en la vacunación, tienen unos controles diferentes y, además, empezamos a contar con nuevos fármacos. De todas formas, la nueva estrategia entra en vigor ahora, pero eso no significa que se aplique. Tienen que darse una serie de condiciones.

-¿Qué condiciones son esas?

-La transición a la nueva estrategia se realizará cuando todos los indicadores de servicios asistenciales se encuentren en un nivel de riesgo bajo en más de la mitad de las comunidades y ciudades autónomas. Dichos indicadores deben mantener una tendencia descendente durante al menos dos semanas en las comunidades necesarias para cubrir, al menos, al 80% de la población española. Y esta última condición estaría al límite.

-Al dejar de monitorizar todos los casos de covid, ¿no se corre el riesgo de minimizar la pandemia?

-No es nuestra política intentar no ver la pandemia para hacer como que no ocurre. Sería un error.

-¿Se prevé una séptima ola en Semana Santa?

-No es esperable una onda epidémica tan explosiva como la que hubo con la sexta ola, porque no ha aparecido una variante nueva. Según interpretan los técnicos, lo que tenemos son los dientes de sierra esperables al final de una onda epidémica. Pero que aumente la incidencia no debe desviarnos de cuál es realmente nuestro objetivo: vigilar las hospitalizaciones y los ingresos en UCI. Eso es lo que va a marcar si tenemos que tomar medidas.

-¿Cuántas hospitalizaciones deberían producirse para que salte la alarma en el nuevo sistema de vigilancia epidemiológica?

-El número de camas ocupadas por casos de covid debe superar el 15% y tienen que producirse más de 50 nuevos ingresos en siete días por cada 100.000 habitantes. En el caso de las unidades de críticos, se considera riesgo muy alto si se producen más de tres ingresos en siete días por 100.000 habitantes y si hay una ocupación de camas UCI por encima del 25%. Según esos indicadores, el riesgo en Asturias es bajo.

-¿En sus decisiones qué pesa más ahora: la economía o la salud?

-Para nosotros sigue siendo la salud. Pero tenemos que tener en cuenta la situación económica de la sociedad. De nada serviría evitar una enfermedad y provocar otras, ya sea por omisión de acciones en atención sanitaria, ya sea por omisión de acciones a nivel económico. Estamos viendo en el día a día que los aumentos del precio de la electricidad o el combustible generan problemas económicos, pero también hacen daño a la salud de la gente.

-¿Considera que la covid es equiparable a la gripe?

-Yo no utilizo, ni me gusta, el término 'gripalización' porque puede despistar. Sigue habiendo pandemia y no de otros virus respiratorios, sino de covid. Y las medidas que hemos tenido que tomar no se adoptan con la gripe.

-¿Se baraja retirar la mascarilla en interiores a corto plazo o se esperará a ver cómo evoluciona la pandemia?

-Se hará cuando los técnicos nos digan que es el momento adecuado. Y, por ahora, no hay información nueva al respecto.

-¿Se han recuperado los hospitales de la presión asistencial de la sexta ola?

-El impacto de la pandemia en los centros sanitarios ha sido enorme. Pero en Asturias tenemos un sistema público muy potente, con unos profesionales a los que hay que agradecer su papel durante la pandemia y entre ondas epidémicas. Han realizado un trabajo muy intenso. El plan de choque que hemos puesto en marcha nos ha permitido, además, maximizar herramientas que ya teníamos, como los planes especiales por demora quirúrgica.

-Acaban de salir los datos de las listas de espera y cada vez hay más personas pendientes de una cirugía o una consulta.

-La sexta ola ha tenido una incidencia muy importante durante los meses de enero y febrero. Sin embargo, si hacemos una comparación con 2021, tenemos más actividad ahora. Y, si miramos atrás, en el principio de 2022 estamos teniendo mucha más actividad que en los últimos meses de 2019.

-¿Cómo es posible, entonces, que la lista de espera haya crecido, con más de 21.000 pendientes de una operación?

-Porque queda mucho trabajo por delante. El impacto ha sido enorme. En todas partes. Según la comparativa que hace semestralmente el Ministerio de Sanidad (los últimos datos son del 31 de junio), los datos de Asturias no se puede decir que sean buenos, porque tenemos mucha gente pendiente de operar, pero hay otras comunidades donde el impacto ha sido mucho mayor. ¿Es para estar contentos? No. Pero tampoco nos podemos engañar. Sin haber acabado la sexta ola, no podemos estar como en prepandemia. Tardaremos todavía.

-Más de 90.000 personas esperan por una primera consulta especializada. ¿Cómo enfoca esta situación la consejería?

-Si te fijas en las cifras, estamos aumentando la actividad en consultas externas y pruebas diagnóstica. Y, de hecho, hemos conseguido disminuir los tiempos de demora, tanto en operaciones como en consultas. Pero sí, queda mucho trabajo por hacer. Los números están ahí.

-¿Se ha conseguido encauzar la situación de sobrecarga de los centros de salud?

-No estamos teniendo el problema tan grande que hubo en enero con la sexta ola. Pero estamos todavía trabajando en algunas cuestiones. De hecho, todas las comunidades autónomas nos hemos puesto de acuerdo para poner en marcha un plan de acción con medidas concretas para realizar esas mejoras que necesita la atención primaria. Aquí hemos trabajado con las sociedades científicas y presentaremos ante el Ministerio de Sanidad un proyecto con 13 objetivos, 52 acciones concretas y 115 actuaciones; 49 de ellas salieron de esa mesa de seguimiento con la sociedades científicas.

-Sobre el papel suena bien, pero ¿cuándo empezarán a verse resultados?

-Según el cronograma que establecimos, las comunidades autónomas haremos en abril una evaluación conjunta de las necesidades identificadas, para poner en marcha las mejoras ya. Estamos hablando de cuestiones como la actualización de la cartera servicios de atención primaria, la identificación de los procedimientos diagnósticos que deben ser realizados, la adquisición de equipamiento diagnóstico para aumentar la capacidad de resolución, de impulso a la digitalización y nuevas tecnologías, de la utilización de teleasistencia y videoconsulta...

-Asturias es una de las comunidades con más gasto sanitario por habitante, pero también una de las que menos invierte en atención primaria.

-De los 1.975 millones de presupuesto de este año, 322 millones de euros se destinarán a atención primaria. Creemos que la atención primaria es el eje del sistema sanitario y es importante mejorar la inversión. ¿Cuál es el problema que tenemos? La falta de profesionales.

-¿Y cómo va a resolver el Principado ese déficit de profesionales sanitarios?

-De los 58 residentes en Medicina de Familia y Comunitaria que había en 2012, cuando hubo recortes sociales por la crisis financiera del momento, se pasó a 28 en 2015. En 2018 empieza a revertirse esa situación y ahora mismo estamos en 62 médicos residentes. Pero este es un asunto que lleva tiempo, porque la especialidad lleva cuatro años hacerla. Yo creo que empezaremos a mejorar a partir de 2023.

-¿No habrá que mejorar también las condiciones laborales?

-Estamos trabajando en ello. Por ejemplo, hemos hecho cambios normativos para que muchas profesionales de la salud no vean disminuida su remuneración al quedarse de baja maternal. Y desde hace casi dos años estamos ofreciendo contratos a los eventuales con compromiso de tres años de duración, lo que da estabilidad y hace más atractivo el sistema. De hecho, hemos conseguido que se quedasen 19 profesionales.

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