Combatir el suicidio, prioridad del nuevo Plan de Salud de Asturias

Asturias figura en los puestos de cabeza en número de suicidios en España, una realidad que ahora tendrá reflejo en las políticas de salud de la región. Desde hace treinta años, las muertes voluntarias no han dejado de crecer. Asturias ocupa el segundo lugar en el ranking de provincias con mayor tasa de suicidios por cada 10.000 habitantes, solo superada por Galicia. Lo indica el último informe publicado por la Fundación Salud Mental de España (FSME), que sitúa a la comunidad asturiana hasta 3,46 puntos por encima de la media española y buena parte de la de países europeos en muertes por esta causa. Desde 2012, Asturias registra de media en torno a los 130 suicidios al año. Un dato que podría ser mayor, puesto que en un buen número de ocasiones, el análisis forense no llega a determinar la muerte como voluntaria al carecer de pruebas anatómicas que lo demuestren.

El Plan de Salud 2019/2030 busca «ser un instrumento de planificación y programación de las actividades que, desarrollándose desde diferentes sectores, pueden conseguir y están teniendo ya en muchos casos un impacto en el bienestar de las personas que viven en nuestra comunidad autónoma. No es solo un plan sanitario, es un plan de salud, orientado a mejorar el bienestar individual y colectivo». Así arranca el documento presentado hoy en Oviedo y donde además de los suicidios figura entre los retos «reducir la brecha de género». Porque en Asturias «las mujeres tienen una esperanza de vida mayor que los hombres», pero tienen una peor calidad de vida y un mayor riesgo de pobreza.

Además de la prevención del suicidio, también figuran como objetivos la atención al malestar y al consumo de psicofármacos (especialmente, entre las mujeres), a la cardiopatía isquémica y los cuidados paliativos y atención a personas en el proceso del final de la vida. La violencia de género dispone de un epígrafe propio, al igual que la la atención a personas con enfermedad crónica compleja. El Plan de Salud pone el foco a su vez en el consumo de alcohol y tabaco, en la salud sexual y reproductiva, sobre todo en la prevención del embarazo no deseado y en la desmedicalización y adecuada utilización de los servicios sanitarios.