Suspendido el operativo para trasladar la ballena muerta en Tapia

La ballena que murió el miércoles en la cala del Figo, en Tapia de Casariego, donde varó, ya está en tierra. Sin embargo, el operativo para su traslado tuvo que ser suspendido. El cetáceo alcanzó un peso de 47 toneladas, frente a las 25-30 que habían estimado los técnicos del Principado tras realizarle las correspondientes biometrías. Este aumento de peso obligó a replantear el dispositivo para llevar la ballena a las instalaciones de la Compañía para la Gestión de los Residuos Sólidos en Asturias (Cogersa), donde está previsto realizarle una necropsia para determinar los motivos de su muerte. Según explicaron desde la Consejería de Medio Ambiente, se precisa un camión con más capacidad que el dispuesto ayer en el puerto de Navia para este transporte.

El operativo para llevar a tierra el ejemplar de rorcual común se inició ayer a las cuatro de la tarde. Los técnicos del Principado optaron por trasladar el cetáceo mar adentro hasta alcanzar el puerto de Navia, a unos veinte kilómetros de distancia del lugar donde varó el animal. Tras sujetar el robusto cuerpo del cetáceo a la embarcación Salvamar Capella, ésta lo arrastró hasta el puerto de Navia. Allí esperaba una grúa preparada para izar al cetáceo a un vehículo especial de gran tamaño para trasladarlo.

Pero no fue éste el único inconveniente que dejó la jornada de ayer. Ante la atenta mirada de decenas de curiosos que seguían desde el puerto naviego el izado de la ballena, ésta se partió en dos. La cola se desprendió del resto del cuerpo, que cayó sobre un mueble eléctrico que quedó totalmente aplastado. En un segundo intento, se optó por emplear dos plumas y reforzar la sujeción del cetáceo mediante tres eslingas que se colocaron a diferente altura del tronco del animal.