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Gijón, 1 de noviembre de 2022 José Simal

Asturias afronta un invierno seco después vivir el año más caluroso desde 1961

Octubre fue el mes más cálido del otoño, con una temperatura de 3,3 grados por encima de la habitual y con vientos del sur

Lucía López Pérez

Miércoles, 21 de diciembre 2022, 14:34

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2022 ha sido el año más caluroso en Asturias desde 1961, fecha en la que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) comenzó a registrar datos. Así lo indicó este miércoles el delegado territorial de la Aemet en la región, Ángel Gómez, en la presentación del balance climático del otoño.

Según subrayó, entre los meses de septiembre a noviembre se registraron temperaturas «fuera de lo normal» para esta época del año, lo que confirma que este otoño ha sido el tercero más cálido por detrás de los de 2006 y 2014. El mes de septiembre, en palabras de Gómez, «fue normal», registrándose una temperatura de 16,4 grados, 0,2 por encima de lo habitual. Sin embargo, al llegar octubre los termómetros aumentaron considerablemente, alcanzando una temperatura de 16,1 grados -3,3 más de lo normal-, haciendo del mes el más cálido del otoño. No obstante, la tendencia al alza se detuvo en noviembre, cuando las temperaturas descendieron hasta los 10,4 grados. Eso sí, siguieron siendo anómalas para la temporada.

Los datos concluyen que el otoño asturiano ha sido «muy cálido», dejando una temperatura media de 13,3 grados, con un aumento de 1,6 en comparación con los años anteriores.

Gómez culpa al cambio climático del aumento de temperaturas, que ha hecho que en Asturias llevemos «cuatro trimestres consecutivos con un carácter muy cálido».

Entre los eventos meteorológicos más destacados del año, el día 17 de julio resultó ser el más caluroso. A lo largo de aquella jornada varias estaciones asturianas alcanzaron temperaturas superiores a los 40 grados, siendo los termómetros de Rioseco, en Sobrescobio, los que marcaron el pico más alto, con 42,3 grados.

Respecto al otoño, Gómez no dudó en señalar la «predominancia del viento de componente sur», que ha venido siendo una constante a lo largo del año, y especialmente en este último trimestre y que provocó que el 11 de septiembre los mercurios de Amieva-Panizares llegasen a marcar una temperatura de 36,6 grados.

En octubre, por su parte, destaca la actividad de la borrasca 'Beatrice', que dejó una precipitación acumulada de 47,1 litros por metro cuadrado en Pajares-Valgrande y cuyas rachas máximas de viento alcanzaron los 128 kilómetros por hora en Carreña de Cabrales. Por su parte, noviembre destacó por la bajada de temperaturas en comparación con el mes anterior, una disminución «asociada al flujo de viento noroeste de elevada latitud», por la que el 22 de noviembre Leitariegos alcanzó una temperatura de -2,3 grados y por la que en Degaña Coto Cortés los termómetros registraron 0,8º.

Respecto a las lluvias, la Aemet registró en 2022 un aumento de la sequía, siendo el décimo otoño más seco desde 1961. Entre septiembre y noviembre, octubre volvió a llevarse el premio al mes más seco del año, con un déficit de precipitaciones del 54%. Solo en este trimestre, el déficit total fue del 34%, unos datos que explican que la Aemet califique al otoño asturiano como «muy seco». Pese a ello, la zona occidental de la región, aunque también registró una mayor sequía en comparación a años anteriores, fue la menos afectada.

Dada esta situación, las previsiones para el invierno, que entra este miércoles a las 22.48 horas, no distan mucho del escenario que deja el otoño. El predominio de los vientos de componente sur seguirá siendo una constante de cara al fin de semana, aunque se prevén más lluvias, especialmente en «la mitad occidental del Principado y la cordillera». El viernes y el sábado las precipitaciones serán más abundantes y a partir del domingo comenzarán a disminuir junto con las temperaturas.

Sin embargo, el frío no durará demasiado, puesto que «en los primeros días de 2023 las temperaturas volverán a aumentar», una situación que supone un adelanto de lo que será el invierno asturiano. Pese a que las previsiones meteorológicas pueden hacerse «de manera segura» hasta con cuatro días de antelación, la previsión de la Aemet para el invierno en Asturias es que este siga el camino del otoño. De esta manera, la predicción general vaticina una predominancia de los escenarios cálidos: «Se espera que sean más probables que los fríos». En cuanto a las precipitaciones, las predicciones no están tan claras, pues los escenarios húmedo, normal y seco son posibles. Ángel Gómez afirmó que, de entre todos, el menos destacable será el húmedo.

Un año «sin precedentes»

«Extremadamente cálido». Así ha sido el año en toda España, donde los termómetros han subido 1,6 grados por encima de la media. Esta es la conclusión que los portavoces de la Aemet, Beatriz Hervella y Rubén del Campo, trasladaron este miércoles en rueda de prensa. Ambos reconocieron que «no hay precedentes de un año así en más de un siglo», lo que situaría al 2022 como el año más cálido desde 1961.

En otoño, la temperatura se situó dos grados por encima de lo normal, registrando 16,3 grados de media y empatando con el otoño de 1983. Octubre fue el mes más caluroso, en el que se registraron 3,6º más de lo habitual. Respecto a las lluvias también fue un año muy seco, con un 24% de precipitaciones menor de lo habitual, un dato que convierte a este otoño en el tercero más seco de la historia por detrás de 2007 y 2017.

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