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Adolfo Rivas aborda el riesgo de desestructuración social en adolescentes en su tesis. ALEX PIÑA
Uno de cada tres alumnos sufre riesgo de desestructuración

Uno de cada tres alumnos sufre riesgo de desestructuración

Adolfo Rivas defiende en su tesis doctoral la necesidad de contar con educadores sociales en los institutos

LUCÍA R. LORENZO

GIJÓN.

Domingo, 22 de marzo 2020, 01:20

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Uno de cada tres estudiantes asturianos de entre 12 y 16 años tiene problemas serios de desestructuración social para su desarrollo personal. Así se desprende de una tesis doctoral elaborada por Adolfo Rivas, director gerente de la Fundación Vinjoy, sobre la situación de riesgo social que afirman estar viviendo los adolescentes de la región en la actualidad. «En la cuenca minera este dato asciende a más de la mitad del alumnado, por lo que estaríamos hablado de emergencia educativa», lamenta Rivas.

En el estudio participaron 1.056 estudiantes, de los cuales 352 aseguraron a Rivas que están en riesgo de desestructuración social.

Para realizar su tesis, el también profesor en la Escuela Universitaria Padre Ossó, trabajó durante dos años con nueve institutos de la región. «Acudimos a estos centros porque es allí donde están todos los adolescentes por derecho y no por deber», explicó. Primero, trabajó con los equipos directivos y con los profesores y, en una segunda fase, con la comunidad educativa en general.

Los IES que participaron en esta investigación fueron el del Cristo del Socorro, de Luanco; Víctor García de la Concha, de Villaviciosa; Pando y La Ería, de Oviedo; Astures, de Lugones; Juan José Calvo Miguel, de Sotrondio; el IES de la Universidad Laboral, de Gijón, y Santa Bárbara, de La Felguera.

Para realizar las pruebas, se formaron en cada IES dos grupos de estudiantes: uno, en el que la directiva de cada centro incluyó a aquellos alumnos que estimaba que están en riesgo social y otro, en el que se añadían a aquellos jóvenes que no pensaban que estuviese en este colectivo. «Lo que observamos es que de los alumnos que el centro consideraba que estaban en riesgo social, el 20% no creían estarlo», explicó el director gerente de la Fundación Vinjoy. Y a la inversa, ya que también el 20% de los adolescentes que las directivas de los IES no incluyeron en los grupos a priori considerados de riesgo, «declararon que sí que lo están».

Desajuste

Rivas detectó, así, que «el concepto de riesgo de desestructuración social con el que están trabajando los centros no se corresponde con las necesidades reales de los alumnos». Este fue uno de los problemas que recogió en su tesis. «Para hacer el estudio tuvimos que ampliar este concepto a lo que consideraban muchos centros educativos como problemas exteriorizados, la violencia o el riesgo de que un alumno abandonase el sistema educativo, e incluir a aquellos jóvenes que no dan problemas en clase o a los profesores, pero a quienes la ansiedad o la depresión que padecen dificultan su desarrollo personal», detalló.

Por ello, Rivas considera «necesario que existan profesionales, como los educadores sociales, que hagan un acompañamiento educativo en estos centros». Entre algunas de las respuestas que escuchó por parte de los docentes, Rivas destaca que le dijeron muchas veces que «los profesores impartimos conocimientos a los alumnos de Secundaria, pero no somos educadores sociales». Con esta base, Rivas estima que «estamos dejando sin atender y a su suerte a los alumnos de estas edades» y añadió que «si no hacemos un acompañamiento educativo estamos hipotecando el futuro de los adolescentes».

Intervención grupal

Otra de las «carencias» que observó en su estudio fue la necesidad de realizar una intervención educativa grupal. «Es necesario actuar no solo a nivel individual, porque el cerebro adolescente necesita el grupo de iguales», expuso.

Entre sus conclusiones, incluyó, asimismo, la necesidad de tener un enfoque positivo sobre la adolescencia, etapa que es una «grandísima oportunidad, no un mal por el que tienen que pagar». «La sociedad está luchando contra la adolescencia en lugar de apoyarla», criticó.

Rivas destacó entre sus preocupaciones «la falta de respeto de los adultos hacia ellos, pidiéndoles tareas que no pueden hacer como saber gestionar determinados procesos emocionales, ya que la realidad que experimentan los mayores, frente a la que viven los adolescentes, es distinta».

Rivas expuso que«esta etapa está cambiando, los adolescentes se ven mucho más lejos de los adultos. Ahora se ha potenciado más el grupo de iguales». En esta línea, el investigador apuesta por realizar «educación social porque nos abrirá muchísimas oportunidades».

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