El turismo rural asturiano recupera pulso, pero no compensa la caída hotelera
El Principado cierra los primeros nueve meses del año con menos viajeros y estancias que en 2024 debido al pinchazo de la hotelería
El turismo rural asturiano vivió este año el mejor septiembre de su historia, en cuanto a número de visitantes. Y el segundo mejor, si ... se mira a las pernoctaciones. Los apartamentos turísticos (no confundir con viviendas de uso turístico o viviendas vacacionales) todavía mejoraron más sus cifras de récord. Nunca antes habían tenido ni tantos clientes ni tantas estancias. Los campings, aún con cifras altas, tuvieron en septiembre el tercer peor mes de los últimos años analizados. Sin embargo, entre las tres fórmulas de alojamiento no han logrado compensar la caída hotelera. Tal y como adelantó EL COMERCIO, entre enero y septiembre han alojado a 1.578.566 personas y han vendido 3.129.577 estancias. Unas cifras inferiores a las de 2024, cuando alojaron a 1.614.603 personas y comercializaron 3.306.582 pernoctaciones.
Así permite verlo el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), el relativo a los resultados de los alojamientos extrahoteleros en septiembre. En los primeros nueve meses de este año, la región recibió 2.285.659 turistas y vendió 5.618.900 pernoctaciones. Unos números que se quedan por debajo de los logrados el año pasado. Fue 2024 el mejor año de la historia para el sector turístico. Con 2.351.995 turistas de enero a junio y 5.727.358 estancias comercializadas.
La radiografía indica que son los hoteles los que presentan los números rojos. El turismo rural, que ha sido la fórmula de alojamiento que más ha sufrido tras la pandemia, llega a octubre con menos turistas que el año pasado, 254.873 frente a los 256.092, pero con más pernoctaciones. En nueve meses vendieron 810.509 estancias, más que las 807.266 del año anterior. Los campings, por su parte, pese a un septiembre un poco más flojo, llegan al último trimestre del año con 278.761 clientes, más que los 272.118 del año pasado, y, de nuevo, con más de un millón de estancias vendidas: 1.089.480 este año. El pasado fueron 1.072.152. Y luego están los apartamentos turísticos.
Esta fórmula de alojamiento, empresarial y de funcionamiento similar al de hotelero, crece de forma disparada desde la pandemia. En lo que va de año tuvieron 124.540 clientes y contabilizaron 431.047 estancias. Números de récord que rompen el que ya habían marcado en 2024. Entre enero y septiembre habían recibido 78.759 y cargado en sus cuentas 340.210 reservas.
¿A qué se debe la caída general, entonces? La respuesta es múltiple. En principio, no se debe pensar que la región tocó su techo en 2024, ya que todos los implicados (Principado, empresarios, políticos, sindicatos) consideran que el turismo tiene aún mucho margen de crecimiento en la región.
Desde los hoteles el señalamiento es claro: las Viviendas de Uso Turístico (VUT) y las Viviendas Vacacionales (VV), alojamientos privados que son alquilados por sus propios propietarios o por empresas especializadas, se están comiendo el trozo del pastel que, hasta ahora, correspondía a la hotelería.
Una competencia que también temen los empresarios rurales, alguno de los cuales se está planteando convertir su casa rural en una vivienda vacacional, por el menor gasto que eso supone. Y unos empresarios que aplauden la llegada de los bonos de descuento. La campaña dotada de 600.000 euros impulsada por el Principado, que subvenciona la compra de estancias con 75 euros, ha servido para llenar los alojamientos rurales en septiembre, pero, sobre todo, lo está haciendo en otoño y las previsiones son que vayan a más hasta fin de año.
El PP lamenta el retraso de los bonos
Una campaña que cuenta con el apoyo del PP «parece positiva», afirma la diputada Sandra Camino, quien, no obstante, cree que «hay que puntualizar ciertos puntos», como, por ejemplo, «por qué únicamente 200 alojamientos decidieron adherirse a esta campaña cuando hay casi 2000 inscritos en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas (REAT)».
Entiende ella que «muchos, viendo la duración del uso de los bonos, solo un par de meses, han descartado adherirse», así como «el escaso éxito, del 46% entre las dos, de dos campañas anteriores», sin olvidar que el sector «quiere solución y medidas transformadoras de verdad y no sobrevivir con ayudas puntuales».
Se pregunta Camino «¿Qué va a pasar en el primer trimestre de 2026, el más preocupante?», dado que la campaña del Principado caduca el 31 de diciembre próximo. Apuesta ella por «medidas orientadas a favorecer la desestacionalización, pero deben aplicarse de manera eficiente, en este caso del turismo rural tanto en su tramitación como en su alcance sobre los establecimientos adherido». En su opinión, «si esos bonos, hubieran estado disponibles toda la temporada baja muchos más alojamientos habrían mostrado interés en participar en la campaña».
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