Las construcciones ganaderas de la Cordillera se remontan a la Edad Media

El principal objetivo del proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, es el aprovechamiento de los pastos y las brañas. Según la coordinadora, «si hay algo que nos caracteriza son las montañas y, en es este ámbito de estudio, vamos retrasados respecto a otros países de Europa». Estos trabajos por el continente son clave para la comprensión de las formas de manejo tradicional de las áreas de pasto y los investigadores asturianos están en proceso de alcanzar el ritmo europeo. La catedrática admite «la necesidad de revalorizar las zonas y recuperar un patrimonio como son dichas brañas, abandonadas y en desuso».

Estos últimos estudios se desarrollan en los Fuexos (Montouvo, Balmonte de Miranda) y son complementarios a los realizados en la braña de Buxañe, en Quirós, que también ha servido para destacar la importancia de las construcciones ganaderas para la economía de las aldeas de la época. Ambas ocupaciones son muy similares, pero datan de fechas diferentes. La investigación en Buxañe «ha demostrado sus antecedentes prehistóricos a pesar de haber tenido momentos de no uso». Por su parte, la braña de los Fuexos presenta más incógnitas y Fernández especifica la importancia de comprender su antigüedad. Saben, eso sí, que cuenta con restos del siglo XII.

Estos trabajos, planificados este verano en tres intervenciones que finalizarán el 4 de septiembre, forman parte de un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación que tiene como objetivo estudiar «la historia de la gestión y aprovechamiento de los pastos de montaña de la Cordillera Cantábrica, focalizando la atención en las brañas», ha explicado la Universidad.

La de este verano es la segunda campaña que se realiza en esta braña belmontina que ahora comienza a arrojar información sobre la época medieval, así como datos sobre la relación de esta braña con el Camín Real de la Mesa que discurre por sus inmediaciones.

Estos trabajos arqueológicos, dirigidos por Pablo López Gómez, investigador del Departamento de Historia de la Universidad de León, complementan los realizados en junio en la braña de Buxañe, en Quirós, que también han aportado información sobre la importancia que tienen estas zonas de montaña para la economía de las aldeas desde el siglo XII, con una fuerte intensificación de su uso a partir del siglo XIV y hasta bien entrado el siglo XX. A este respecto, Fernández Mier ha destacado que «se trata de un patrimonio de gran interés, al que apenas se presta atención, salvo en casos muy emblemáticos, como las construcciones con cubierta vegetal, y que salpican toda la Cordillera, remontándose sus orígenes al medievo e incluso a la prehistoria y que, sin embargo, apenas si había sido objeto de investigación histórica o arqueológica hasta el momento».

De hecho, esta investigación se enmarca en otros trabajos que se están realizando en diversas áreas de montaña en Europa, que han permitido revalorizar este bien patrimonial tan característico de las zonas de montaña. Las iniciativas de investigación en Europa ponen el acento en comprender las formas de manejo tradicional de las áreas de pasto, a la que se asocian prácticas de uso colectivo. Estas investigaciones deben ser el punto de partida para acometer una renovada gestión de estas importantes zonas de pasto.

El grupo Llabor ha conseguido un nuevo proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación que se desarrollará en los próximos cuatro años; lo que permitirá continuar con la investigación de la historia de las brañas, así como acometer el estudio de lugares de reunión y culto en sus inmediaciones, profundizando en la comprensión de la conformación de los paisajes de montaña y del papel que el ser humano ha tenido a lo largo de la historia.