«Ahora la medicina es de las mujeres, en ginecología no hay casi hombres»

-¿Quién fue esta mujer?

-Agnódice. Aparece en las 'Fábulas de Higino', unas historias muy breves recopiladas por un erudito de la biblioteca Palatina. En ellas se cuenta que, sobre el 300 a. C., las pacientes acudían a los templos de Esculapio, dios de la medicina, para ser curadas por los sacerdotes. Posteriormente se conforma una clase médica, en la que no había mujeres. Sin embargo, lo que nos cuenta Higino es que una muchacha acomodada comenzó a atender, vestida de hombre, los partos de las mujeres al ver lo que ocurría en los de sus esclavas. Pero su popularidad hizo que los demás médicos, que no dejaban de perder clientes, la denunciaran por seducir a las mujeres, lo que hizo que Agnódice tuviera que descubrirse como mujer, algo que también era un delito. Sin embargo, las mujeres a las que atendió se rebelaron y el tribunal del Areópago la absolvió.

-¿Por qué ha sido ginecología una especialidad de mayoría de hombres?

-Ahora la medicina es de las mujeres, en el servicio de ginecología casi no hay hombres. En la facultad el número de alumnas es casi de 80%, aunque no sé las cifras exactas. La medicina es femenina ahora, pero cuando yo estudiaba, las mujeres eran un 40% y hace 100 años era una rareza que una mujer quisiese estudiar medicina.

-¿En la academia la tendencia también es así?

-Empieza a producirse, hay que tener en cuenta que en la academia se premia o se reconoce la carrera global médica de una persona. Por ello somos gente bastante mayor, porque para evaluar toda una carrera hacen falta años. Por tanto, al tener una edad elevada y, en el caso de los estudiantes, la predominancia de las mujeres llega hasta los 55 años, pues sí que es verdad que muchas mujeres médicos de 60 años no hay. Pero han entrado recientemente dos académicas: la jefa de neumología y la exjefa de anatomía patológica. Cuando vayamos desapareciendo los mayores, habrá más académicas.

-¿Por qué cree que no hay tantas mujeres aún?

-Quizá se han incorporado a la medicina o las vocaciones médicas más recientemente. Antes las mujeres iban menos a la universidad o escogían filosofía y letras. Hace 50 años en medicina había un 40% de chicas.

-No se ha dedicado a la sanidad privada, en una especialidad donde es común, ¿cómo valora la situación de la sanidad pública actualmente?

-En Asturias tenemos una sanidad pública excelente, pero hemos sufrido muchas tensiones con la covid. Hemos pasado la pandemia y lo hemos olvidado, yo la viví y la gente entraba y se moría en dos días. El sistema se ha visto sometido a una tensión imposible de aguantar y los políticos tampoco han sido prudentes a la hora de hacer un estudio de los médicos que se iban jubilando y su renovación. Ha habido una falta de previsión en calcular cuántos hacían falta y ahora nos encontramos con especialidades en las que no hay. La formación de un MIR es de cuatro años, no hay una varita mágica para encontrar médicos. Confío en que la situación se remontará.

-El día 21 miles de estudiantes se examinarán del MIR. ¿Qué les diría a aquellas y aquellos médicos que quieran dedicarse a su especialidad?

-Nunca me he arrepentido de ello. Es una especialidad muy bonita en la que se atiende el momento más bonito de la vida que es el nacimiento, pero también muy dura por las guardias y las emergencias obstétricas. Aunque todas tienen sus dificultades.