La valoración de los pacientes sobre la atención recibida en los centros de salud cae 20 puntos
Es el mayor desplome del país: si antes de la pandemia el 89,5% de los usuarios la calificaban de buena o incluso muy buena, ahora tienen esa percepción el 69,6%
Desde 2020, el Gobierno del Principado ha pasado de invertir 246,7 euros por habitante en Atención Primaria a los 347,8 euros previstos por ... los Presupuestos Generales de 2023. Si entonces destinaba el 13,04% de su gasto sanitario a este nivel asistencial, durante el presente será el 17%. Ese salto presupuestario permitirá dotar a los centros de salud con nuevas tecnología e implementar una nueva organización del trabajo que de respuesta a la saturación que tanto irrita a los pacientes y sobrecarga a los profesionales.
Porque «la mala organización» es, según los sindicados profesionales y sociedades científicas, la base de un problema al que la Administración autonómica no ha sido capaz de dar solución por mucho que Asturias sea una de las comunidades autónomas con mayor gasto per cápita en sanidad. «Pero en lo que se refiere a Atención Primaria hubo años en los que estuvimos en la cola», puntualizan los representantes sindicales, que llevan una semana negociando con el Servicio de Salud del Principado (Sespa) un nuevo modelo organizativo y mejores condiciones laborales.
Bien porque en los últimos años no se haya invertido lo suficiente o bien porque, como dicen los profesionales, no se ha gestionado de forma adecuada, la cuestión es que la valoración que hacen los usuarios de la Atención Primaria asturiana ha caido. Si en 2019 otorgaban un 7,6 a este nivel asistencial, en 2022 esa nota bajó a un 6,2 y el Principado dejó de ser la segunda región mejor valorada de España para situarse en la cola.
Así se desprende del último informe que la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha realizado sobre la Atención Primaria. Su desglose de datos por comunidades autónomas actualiza cuatro años de análisis sobre un nivel asistencial que «siendo el más importante para el funcionamiento del sistema sanitario, sin embargo, permanecía enmascarado ante la opinión pública, que no ante la población, ya que la Atención Primaria es la que utiliza más habitualmente – 9,7 veces por persona y año– y, por tanto, es más sensible a su empeoramiento».
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De «su deterioro» dan fe las movilizaciones convocadas en muchos lugares del país y el título con el que FADSP publicaba su informe el pasado 19 de enero: 'Salvemos la Atención Primaria'. En Asturias, la sangre no ha llegado al río, aunque no son pocos los profesionales partidarios de exteriorizar su malestar con paros o incluso una huelga. El pasado viernes, no obstante, el Sespa ya alcanzaba un principio de acuerdo con los sindicatos en cuestiones de carácter organizativo. Acuerdo que deberá formalizarse hoy en el transcurso de la mesa general de negociación. Ahora, queda por llegar a un consenso sobre las reivindicaciones retributivas de los profesionales sanitarios.
Entretanto, el porcentaje de personas que valora la atención recibida en Medicina de Familia como buena o muy buena ha caido en veinte puntos: del 89,5% de hace tres años al 69,6% de 2022. Asturias es la región donde se produjo un mayor desplome de la valoración ciudadana durante este período, que va desde el año previo a la pandemia hasta la actualidad. Lo cierto es que la crisis sanitaria desatada por el coronavirus ha pasado factura a todas las comunidades autónomas y solo en las islas Canarias ha mejorado la percepción de los pacientes sobre la atención recibida por su médico de Familia.
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública también analiza el porcentaje de usuarios que, habiendo padecido un «verdadero» problema de salud, no han tenido acceso a consulta médica. En el Principado, no pudieron consultar un 13% de las personas encuestadas. Solo Navarra, País Vasco y Castilla y León bajan del 10%. «La situación es preocupante», advierte la FADSP, que pasa a considerarla «verdaderamente intolerable» en el caso de la comunidad de Madrid, donde hay un 19,4% de pacientes que, aun necesitándolo, dicen no haber podido consultar en Atención Primaria.
En cuanto al tiempo de demora, Asturias destaca por ser –junto al País Vasco– la comunidad donde menos se espera por una cita: 5,6 días de media, la mitad que en Andalucía, Cataluña o la Comunidad Valenciana. Si bien es verdad que un 27,3% de los pacientes estudiados por la FADSP no fueron atendidos hasta después de una semana, ese porcentaje está muy por debajo del que registran la mayoría de territorios, representando, de hecho, la mitad del promedio nacional.
Otro dato a destacar, también motivo de polémica una vez superados los momentos más críticos de la pandemia: el 52,4% de las personas encuestadas asegura que la consulta telefónica les resulta menos cómoda; el 36,7% cree que todas deberían ser presenciales como ocurría antes de la pandemia; y el 49,10% sostiene que entienden mejorar las explicaciones de su médico cadra a cara. En Asturias, de hecho, el 62,6% de los pacientes fueron atendidos en consulta; el 36,3% vía telefónica o telemática; y el 1,10% en su domicilio.
Con todo, los asturianos siguen prefiriendo la sanidad pública cuando se les presenta la necesidad de acudir a Atención Primaria. El 74,4% frente al 22,30%, que, en caso de poder elegir, se decantarían por una consulta privada. Según el informe de FADSP, durante el último año casi un 15,8% recurrieron tanto al sector público como privado. Porcentaje que solo superan Cataluña y Madrid.
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