Un verano al pie del cañón
Temporada alta. Los sectores que más dependen del turismo se llenan de clientes: «Ahora estamos cuatro meses sin despegarnos del teléfono y atendiendo gente sin parar»
OSCAR G. NÚÑEZ
Sábado, 7 de agosto 2021, 02:22
Cuando llega el verano todo el mundo busca aprovechar su tiempo de vacaciones al máximo. Algunos buscan el bullicio de los bares y la fiesta, otros el calor del sol y la playa, e incluso los hay que buscan la aventura en distintas zonas de la región. Sin embargo, no todos se dedican al ocio, algunos aprovechan el aumento del turismo y la demanda de trabajadores para sacarse unos ahorros extra y pasar el verano al pie del cañón, o para poder acceder al mundo laboral por primera vez -una tarea para nada fácil en el caso de los más jóvenes- y conseguir algo de experiencia. Este es el caso de algunos de los trabajadores con los que EL COMERCIO ha hablado para saber cómo se viven las jornadas más duras del verano en primera línea.
Mario Gonzalez Molina, socorrista en la piscina de Caborana, explica que «son dos meses en los que trabajas muy duro, y aunque ahora con el covid hay menos gente, cuando hace bueno la piscina se llena hasta los topes, y tranquilamente son 300 personas cada día de sol, pero bueno, son dos meses en los que compensa mucho venir y trabajar». Explica que «como en este trabajo prima mucho la prevención, el hacer un buen trabajo avisando a la gente para no tener que lamentar ningún accidente es siempre la prioridad».
En el caso de Diego Lorenzo, camarero en el Seattle Garden de Mieres, «la verdad es que siempre fui camareru, y siempre fue algo que me gustó bastante, y además en un sitio que me encanta». El motivo por el que escogió la hostelería como oficio para el verano es que «para una persona como yo, que me encanta hablar con la gente, que soy muy extrovertido, es uno de los mejores trabajos, ya que es una cualidad que se valora muy positivamente». Por otro lado también matiza que para ser camarero hay que «tener un poco de mano izquierda», ya que «con el tema del verano, el covid y la mascarilla hay que negociar un poco más con los clientes, porque siempre vienen con mucha prisa, pero bueno, hay que luchar y sacarlo adelante». Por parte de David Estevez Villalón, de Tyque Turismo y Cultura, aunque su trabajo no es únicamente de verano, sí que ofrece servicios especiales durante esta época del año. «Hacemos visitas guiadas peatonales y mostramos el casco antiguo y la Catedral de Oviedo», detalla, y aunque «estamos viviendo unos momentos con mucha incertidumbre, yo sobre todo me quedo con lo contenta que se queda la gente al acabar las visitas.». Por otro lado también llama a realizar los recorridos «siempre con personal federado en la asociación profesional de informadores y guias de turismo de Asturias».
En el corazón de Teverga, en la empresa Bicis Senda del Oso, trabaja estos meses Ramón Zaragoza, que lo tiene muy claro: «Al ser un curro de verano es más intenso, te tienes que pasar cuatro meses sin despegarte del teléfono y atendiendo gente constantemente. Además tienes que compaginarlo con más trabajo durante el año, porque esto es un extra». Pero también matiza que «lo que más me gusta es el ver la cantidad de gente que viene, que estamos siendo un referente y somos una de las diez rutas verdes más transitadas, por lo que saber que el trabajo bien hecho se valora de esta forma, también gratifica».
Desde la Heladería Dos Hermanos de Gijón, Juan Román Hernández destaca que estos días «están hasta arriba de trabajo». Aunque «la peor parte está siendo que la gente no está tomándose las medidas sanitarias con el rigor que deberían», también cree que «los guajes son los que mejor se portan». Y es que, a fin de cuentas, el suyo «es un trabajo donde conces a mucha gente, tanto nacional como internacional, y esa es casi la mejor parte».
Por último nos recibe Bárbara Gonzalez desde la puerta de su local, Regalos Jesús, una modesta tienda de barrio que lleva ya tres generaciones en Avilés. Nos explica que «en julio la gente se prepara para vacaciones y campamentos, pero en agosto empieza la vuelta la cole, por lo que ahora tenemos bastante curro». Además relata que «de cara al verano trabajamos mucho, aunque yo siempre intento tener novedades, de forma que la gente no se canse y siempre haya algo que pueda interesarles. Es la mejor forma de pelear contra el comercio 'online'». Además, sentencia que «el encanto de los comercios pequeñitos es que seamos eso, pequeñitos, que los niños entren, puedan darse una vuelta y encontrar las cosas. La ilusión que ellos tienen no se paga con dinero».