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Samuel Trabanco, Patricia Collada, Maribel Alonso, Maria del Rosario Vitienes, Armandina Menéndez, Pilar Canteli, Zulima Acevedo, Pilar Álvarez, Luisa Vallina, Pilar Ramos y Lola Sánchez, durante la presentación de 'Sidra sobre la Madre'. IMANOL RIMADA
«La vida de la mujer en el chigre es dura, esclava y muy poco valorada»

«La vida de la mujer en el chigre es dura, esclava y muy poco valorada»

El Llagar Trabanco rinde homenaje a trece chigreras en un acto ideado para rescatar su labor del olvido

SANDRA S. FERRERÍA

OVIEDO.

Miércoles, 24 de abril 2019, 05:28

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Aurora siempre estaba en la puerta de la sidrería La Tortuga, en Tazones, «como una campeona». El año pasado murió con 102 años, y ayer su hija, Maribel Alonso, junto con su nieta, Patricia Collada, recogieron el premio 'Madres de la Sidra 2019'. Galardonadas ambas, al igual que Armandina Menéndez (Sidrería Marcelino, en Oviedo), Florinda Álvarez, Adamina Suárez y Begoña Álvarez (Casa Florinda, Las Regueras), María del Rosario Vitienes (Casa Ataulfo, Gijón), Lola Sánchez (Yumay, Avilés), Pilar Canteli (La Figar, Nava), Luisa Vallina (El Gaucho, Langreo), Pilar Ramos (Los Pomares, Gijón), Pilar Álvarez (El Restallu, Gijón) y Zulima Acevedo (La Ballera, Villaviciosa, por el Llagar Trabanco, que presentó en el mismo acto su edición limitada denominada 'Sidra sobre la Madre'.

«Es un honor y algo muy emotivo», decía Alonso sobre esta distinción. Ella, que ha pasado su vida entre los fogones de la sidrería de Tazones, comenzó en este negocio escanciando sidra. Al preguntarle si no le cogió manía, Alonso aseguró que todo lo contrario: «Yo, cuanta más sidra mucho mejor». Pero como todo, hay una cara buena y una mala. En opinión de Alonso, lo amargo de la vida como chigrera es que «es muy dura, muy esclava y muy poco valorada».

Acabar con esa falta de reconocimiento que se ha ido dando a lo largo de la historia fue el objetivo que las hijas de Samuel Trabanco, gerente de Trabanco, Yolanda y Eva, se marcaron para organizar el que fue el primer homenaje 'Madres de la Sidra 2019'. Una celebración que reconoce la labor de «las mujeres que han dedicado toda su vida al mundo de la sidra, que han trabajado y defendido desde la discreción este producto tan nuestro».

«Es una forma de vivir»

La más joven de las galardonadas Pilar Ramos, de la sidrería Los Pomares en Gijón, quiso dedicarle su premio a su madre, Toñi, quien trabajó toda la vida en el restaurante que hoy regenta su hija. «La sidra es una bebida completamente asociada a nosotros. Si te preguntan que es para ti la sidra es como si te preguntan que es para ti la madre, posiblemente sea todo». Para Ramos, muy emocionada durante el acto, la sidra está en el ADN de todas las premiadas. «Es una forma de vivir, de pensar y de sentir», aseguró. A la cita faltó Florinda Álvarez, de 97 años, que por problemas de salud no pudo acudir a recoger el premio.

«Reconocemos a los llagareros, a los chigreros, pero se nos olvidan las madres», explicó Samuel Trabanco. Unas mujeres «que defienden el negocio como nadie, porque saben que es su sustento, de lo que van a vivir vuestros hijos», reconoció.

Trabanco también recordó a su madre y todas las veces que él se colgó «de su mandil cuando ella lavaba botellas». «Lo que corre por la sangre de esta familia es amor por la sidra», recalcó antes de entregar los premios y de disfrutar de una espicha durante la que calificó a su nuevo producto como «una sidra joven, tierna y con un sabor más afrutado». Una sidra que no ha pasado por el trasiego, realizándose todo el proceso de fermentación en el mismo tonel.

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