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El viento aumenta la sensación de frío

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Pajares. Cascada de hielo que se formó en las inmediaciones de la estación de Brañillín. JESÚS MANUEL PARDO

El viento aumenta la sensación de frío

Muchas zonas del centro de la región volvieron a registrar marcas inferiores a los cinco grados bajo cero

M. M. C.

GIJÓN.

Martes, 8 de enero 2019, 03:18

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Sigue el frío sobre Asturias y, aunque la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha desactivado el aviso amarillo en la región por bajas temperaturas, se espera que la próxima llegada de vientos de componente norte hagan descender la sensación térmica en prácticamente toda la región, al tiempo que aparecerán las primeras precipitaciones del año.

Muchas zonas del centro de Asturias volvieron a registrar ayer temperaturas inferiores a los cinco grados bajo cero, como Pola de Somiedo y Noreña (-5,4), y Pola de Lena (-5). Mieres registró -4,1 grados, Aller -3,1 y Piloña, -3. Pero hubo muchas otras localidades donde se alcanzaron valores negativos, como Amieva, Gijón, Oviedo, Salas o Tineo. En cuanto a las máximas, se registraron en localidades ubicadas a una altitud considerable, como fueron los casos de Degaña (12,9), a 1.310 metros de altura; puerto de Leitariegos (12,7), a 1.530, y San Antolín de Ibias (11,9), a 780.

Se prevé que las temperaturas se suavicen hoy, aunque el viento bajará la sensación térmica, con la posible aparición de algunas nubes a partir de la tarde, aunque seguirán dominando las altas presiones y, por lo tanto, la estabilidad atmosférica.

Una novedad que sí se observó en la jornada de ayer fue un leve incremento de la intensidad del viento. Si en los últimos días apenas se habían registrado rachas de importancia, ayer el litoral asturiano tuvo momentos de una fuerza notable, especialmente entre las tres y las cuatro de la tarde. Fue en ese lapso cuando se alcanzaron rachas de 62 kilómetros por hora en cabo Peñas, de 55 en cabo Busto, de 51 en Llanes, de 49 en Colunga y de 41 en el aeropuerto de asturias.

Una de las situaciones más llamativas es que apenas ha llovido sobre el Principado en esta primera semana de 2019. Las precipitaciones caídas son anecdóticas, pues las estaciones de la Aemet en la región solo han recogido 0,2 litros por metro cuadrado en Piloña y Mieres. En el resto, ni una sola gota. Eso hace que la situación de los embalses del Principado no sea demasiado halagüeña. No solo están por debajo de la media de los últimos diez años, situada en el 72,87%, sino también es inferior a la misma época del año pasado, cuando estaban al 63% y ya se consideraba escasa la cantidad de agua embalsada. Los últimos datos indican que los pantanos asturianos se encuentran al 61,5% de su capacidad, con 298 hectómetros cúbicos.

La situación cambiará a partir de mañana, cuando comenzará a soplar viento de componente norte, con lo que se incrementará la aportación de nubosidad y humedad, por lo que aparecerán las primeras precipitaciones, que pueden ser intensas en Picos de Europa. La cota de nieve se situará en torno a los 800 metros, con posibilidad de algunas nevadas en la cara norte de la cordillera. El jueves, la cota de nieve bajará a los 500 metros, pero se prevé que las precipitaciones sean muy débiles y dispersas, por lo que no se espera que la nieve pueda causar problemas. Eso sí, las temperaturas irán en descenso, una situación que se mantendrá el fin de semana.

Todavía quedan varios días y la situación puede cambiar, pero algunos modelos de predicción apuntan a que Asturias tendrá un fin de semana con precipitaciones y posibilidad de nieve a cotas bastante bajas. Ello se debe a que el anticiclón se desplazará al oeste y dejará el paso de un frente frío procedente de las Islas Británicas, que estará cargado de humedad, aunque también es posible que las principales precipitaciones caigan en el Cantábrico oriental, con lo que no está claro que acaben llegando a Asturias.

Las estaciones de esquí de Vangrande-Pajares y de Fuentes de Invierno, que todavía no han podido iniciar la temporada, están muy pendientes de la evolución de este primer frente del año, con la esperanza de que pueda caer la primera nevada de importancia de 2019. Si a finales del pasado mes de octubre se alcanzaron espesores notables en ambas estaciones y todo hacía presagiar una pronta apertura de las pistas, la posterior subida de las temperaturas dio al traste con los planes. El problema es que desde entonces no volvió a nevar en la Cordillera Cantábrica y aún se está a la espera.

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