Villaverde: «Queremos devolverle la reputación y la calidad a la Universidad»

«Notamos que vamos por el buen camino, en la primera reunión de junio había cien personas y en esta segunda han asistido más de 200, creo que avanzamos y percibimos que hay ganas de cambios», considera. Valora positivamente «la presencia de personas próximas a los equipos de los exrectores Juan Vázquez y Vicente Gotor» y el hecho de «haber aglutinado a perfiles muy distintos».

Será en primavera, en una fecha aún por determinar, cuando se celebren las elecciones a rectorado a las que concurrirá también el actual rector, Santiago García Granda. Con la apertura oficial de las candidaturas se conocerá si se presenta algún otro aspirante.

Entre las prioridades que incluirá el programa de Ignacio Villaverde está «la apertura del diálogo con los estudiantes, hay que devolverles el espacio de toma de decisión que les corresponde y que puedan participar en el diseño de espacios comunes, en la movilidad entre las infraestructuras, incluso en los menús de las cafeterías; el objetivo es integrar al alumnado en la institución».

Otro de los pilares que sostendrá su candidatura será el rejuvenecimiento de la plantilla de docentes. «Tenemos que apostar por proporcionarles promociones estables y creíbles, que confíen en el desarrollo de su carrera profesional, con una carrera académica planificada, sin olvidar de seguir con la promoción de las acreditaciones y de la labor investigadora», apunta.

Durante las últimas semanas ha mantenido encuentros con prácticamente todos los responsables de los distintos departamentos de la Universidad de Oviedo. «La primera fase ha sido reunirnos con los distintos departamentos, conocer sus necesidades y palpar sus preocupaciones y planteamientos», explicó Villaverde. El siguiente paso será recorrer los distintos centros para continuar con la ronda de contactos. «Queremos dedicar tiempo a confeccionar el programa detallado con las particularidades de cada centro y conociendo de primera mano sus necesidades», dice.

La meta final, dice, es «devolver el prestigio a la Universidad y que recupere la reputación y la calidad que ha perdido».