Mitin de Vox en Oviedo

«La moción ha servido para ver hasta qué punto están mal las cosas»

Abascal, al igual que hiciera, en la apertura del acto, el presidente de Vox en Asturias, José María Figaredo, dio las gracias al público por asistir «a un acto silenciado», ya que, aseguró, «Vox sufre silenciamiento, cuando no violencia física. Gracias por vuestra valentía». Con capacidad para 2.100 personas, tanto Figaredo como Abascal cifraron en «1.500 personas valientes» el volumen de asistentes, «para el mayor acto político que se hace en Asturias desde 2019», según Figaredo. Fue él quien recordó que, «en 2015 éramos unos pocos chiflados los que defendíamos unas ideas que hoy respaldáis todos».

Un respaldo mayoritario a las tesis de Vox que ambos dieron por segura «pese a las mentiras que cuentan» los grandes partidos políticos «y los medios subvencionados». Unos medios contra los que arremetió «porque cada vez hay más distancia entre la opinión pública y la opinión publicada. Solo hay que ver los comentarios a las noticias», aseguró.

En esa línea, Santiago Abascal explicó lo sucedido con la moción de censura presentada por su grupo. Iniciativa que no contaba con los votos necesarios para prosperar «porque el PP que dice que censura al Gobierno, luego se abstiene en la moción» y para la que presentaron un candidato ajeno a la Cámara y a Vox, al economista, político e historiador «Ramón Tamames, del que los medios contaron que era comunista. Pues vaya noticia». Según aseguró Abascal, «demonizaron tanto la moción de censura que todo lo que no fuera que yo sacase una pistola en la tribuna del Congreso o que el señor Tamames muriera en directo ya no cumplían las expectativas» .

Pese que la moción acabó como ya se sabía antes de iniciarla, sin los votos necesarios para prosperar, entiende Abascal que sirvió para frenar el mensaje de que «Vox está muerto», ya que Tamames «puso de manifiesto que no hay diálogo en el Parlamento. Que uno sube a la tribuna con un tocho escrito sin escuchar al otro. Que esperan alargarlo hasta que comience el telediario». Y que «como ni yo me lié a tiros ni Tamames, al que deseamos larga vida, murió, la moción ha servido para ver hasta qué punto están mal las cosas en España».

Y a partir de ahí comenzó su enumeración de cosas que van mal: «los impuestos asfixian a los autónomos», «la discusión está en el género, pero del género bobo. Hay que feminizar el callejero, pero luego premian a mil violadores. Aunque tengan nombre de mujer, las mujeres no podrán salir a las calles sin miedo a ser violadas», «el poder adquisitivo por los suelos y las facturas por las nubes», «la emigración ilegal subvencionada y privilegiada», «los traidores gobernando», «los golpistas, en la calle» en un rosario de quejas en la que convirtió en protagonista especial a la Agenda 2030.

«Dice por ahí uno del PP que la Agenda 2030 es el evangelio, no sé qué clase de cristiano será, porque lo que es esa agenda es el infierno para el futuro de España». En su opinión, se trata de «un suicidio energético» contra el que prometió luchar «con todas nuestras fuerzas. Si veo a un dirigente de Vox defender la Agenda 2030, pediré su expulsión del partido». Algo que, dice, no sucede en el PP. Acusó a Alberto Núñez Feijóo de «no dejarnos sacar litio de Extremadura» , y atacó a Isabel Díaz Ayuso «que nos copia y critica la agenda, tiene un chiringuito montado en Madrid con ella». En resumen, el PP «quiere soplar y morder a la vez y eso no se puede».

Con la Agenda 2030 que «Meloni ha parado en Italia», como el eje de su discurso insistió en que «nosotros dejamos que el cambio climático lo discutan los científicos», pero su aplicación supone, a su juicio, «la criminalización de nuestras fuentes de energía». Como ejemplo dijo «los insectos y la carne sintética, que la coman ellos. Nosotros queremos seguir comiendo como nuestros padres y nuestros abuelos».

Una agenda que tomó como ejemplo de que «en 40 años de democracia nos han dicho que lo decidíamos todo, pero cada vez decidimos menos». Porque, afirmó, «a nadie han preguntado por esa agenda y no lo hacen porque saben que saldríamos en masa a decirles que los insectos los coman ellos».

Tras prometer que «no van a detenernos y no nos vamos a detener», el 'Viva Asturias' y 'Viva España' cerró un acto al que el himno de España puso el colofón. Un acto en el que fueron destacados y aplaudidos tanto la portavoz de Vox en Oviedo, Cristina Coto, como el expresidente de la formación en Asturias, Ignacio Blanco.

Antes del discurso de Abascal, la candidata a la Presidencia del Principado había avanzado las líneas de su programa electoral, del que ya da cuenta hoy en EL COMERCIO: «El Gobierno debe devolver el monte a los ganaderos. Cuando gobernemos, sacaremos al lobo del listado de especies protegidas». Carolina López se presentó como «hija de ganaderos», «nieta de mineros» y también «de hosteleros», por lo que dijo saber «bien los problemas por los que pasan los sectores».

No arremetió ella contra Pedro Sánchez, del que Abascal dijo que «ha ido de rodillas a ver al presidente chino, ¿le habéis visto pedirle cuentas de la contaminación?», pero sí contra Adrián Barbón. Del presidente del Principado dijo que «es capaz de inventarse 20.000 excusas» para «no cumplir ninguna de las promesas que hizo en 2019».

Por su parte, la candidata de Vox a la Alcaldía de Oviedo, Sonsoles Peralta, prometió «eliminar la plusvalía municipal, reduciremos el IBIal máximo permitido y no aplicaremos ningún coeficiente». La candidata exigió «más presencia policial» y recordó al agente de la Policía Nacional herido en Oviedo esta misma mañana al intervenir en un caso de violencia de género. «Queremos ir por las calles sin que nos ataquen con machetes», dijo.