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Asistentes a la sesión en la que declararon once de los proveedores que habrían refacturado los servicios prestados al Niemeyer.

Los proveedores del Niemeyer dicen que el Ayuntamiento «no intervino en la refacturación»

La modificación de las facturas «se tejió en el despacho de Rebollo con la aquiescencia de la dirección del Niemeyer», dicen desde la Fundación

Jesús González

Jueves, 17 de julio 2014, 00:27

Los once proveedores que ayer testificaron como testigos ante el juez que instruye el caso de la modificación de las facturas de la inauguración de la cúpula del Niemeyer confirmaron que «en ningún caso siguieron indicaciones del Ayuntamiento» para modificar las facturas.

«Todos han coincidido en que siguieron instrucciones de Marc Martín, entonces responsable de Producción del Niemeyer, y de Miguel Argüelles, del despacho de abogados de José Luis Rebollo, exsecretario de la Fundación», indicó ayer la abogada Pino del Río.

Alejandro Riera, abogado de la Fundación, indicó al término de la sesión de ayer, que las declaraciones de los once testigos convocados por el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de la ciudad, se puede señalar que «el Ayuntamiento fue ajeno» a la reelaboración de las facturas de los proveedores. «Todo se tejió en el despacho de Rebollo con la aquiescencia de Martí, por órdenes de Natalio Grueso», indicó.

Otros servicios

Las comparecencias de ayer tendrían como fin tratar de esclarecer cómo se produjeron las modificaciones de las facturas que los distintos proveedores habrían emitido inicialmente a la Fundación Niemeyer en concepto de diversos servicios prestados a dicha entidad, y que nada tendrían que ver con los fastos inaugurales de la cúpula. Posteriormente, al parecer, los mismos proveedores habrían refacturado dichos servicios para que fueran cargados al Ayuntamiento y abonados con cargo a las partidas que la Administración local había previsto para afrontar gastos relativos a la apertura de dicho edificio.

Los testigos habrían coincidido en señalar a Marc Martí y al empleado del despacho de Rebollo como los dos interlocutores que les instaron a realizar las modificaciones para poder cobrar los servicios que ya habrían prestado. Además, varios de ellos habrían indicado incluso que entregaron las facturas ya modificadas directamente a la Fundación, a las oficinas con que entonces contaba dicha entidad en el edificio del teatro Palacio Valdés.

Hasta llegar a ese punto, los testigos habrían indicado al juez, según señalaron fuentes próximas al caso al término de la sesión, que todo el proceso de refacturación se habría iniciado con el envío de un correo electrónico desde el bufete de José Luis Rebollo en el que se les hacían las indicaciones necesarias sobre cómo tendrían que cursarse las distintas facturas.

De todo el interrogatorio, en el que se habría mostrado especial interés por conocer si existió realmente algún tipo de instrucción directa a los proveedores por parte del Consistorio, se desprendía que «en ningún caso estas empresas tuvieron contacto para la refacturación ni con el Ayuntamiento ni con ninguna persona concreta» de dicha administración, indicó el abogado Alejandro Riera.

Los once testigos que ayer pasaron ante el juez vinieron, de ese modo, a confirmar en buena medida los testimonios que ya habían prestado días atrás los representantes de otra decena de empresas que también rehicieron las facturas por los servicios que habían prestado al Niemeyer. Básicamente, todas mantenían un esquema similar en cuanto a la recepción de un correo electrónico anunciando la necesidad de modificar las facturas para poder abonar los importes correspondientes y en cuanto a las personas de las que recibieron las instrucciones. Además, en todos los casos habrían coincidido entonces en apuntar que en todo el proceso no habían recibido instrucción alguna por parte del Ayuntamiento.

Con las declaraciones de ayer, la instrucción tanto del caso de las irregularidades en la gestión del Centro Niemeyer, como de la pieza separada relativa a las facturas de la inauguración de la cúpula, entran ahora en una pequeña pausa estival hasta el próximo mes de septiembre.

Nuevas declaraciones

Salvo algunos trámites menores, la próxima gran cita será la declaración del exresponsable de Producción del Niemeyer, Marc Martí, cuya comparecencia se había previsto inicialmente para el pasado día 4. Sin embargo, la cita fue aplazada a petición del propio Martí después de que se quedara sin asistencia letrada por discrepancias con sus abogados. El también imputado en el caso de las facturas falsas deberá presentarse ante el juez el próximo 3 de septiembre.

Dos semanas más tarde será el turno de José Luis Rebollo, quien deberá declarar el día 17 por su supuesta implicación en las irregularidades detectadas en la gestión del Centro Niemeyer. Esa citación se produce después de que el juez decidiera suspender la declaración prevista para el pasado día 11 por un defecto en la convocatoria que se hizo al imputado.

El letrado de la Fundación, Alejandro Riera, anunció ayer su intención de presentar un escrito en el que solicitará que, en esta ocasión, se le haga llegar al imputado toda la documentación necesaria. Rebollo señaló entonces que al solicitar su imputación, la Fundación del Centro Niemeyer trataría de «poner un cordón sanitario para proteger a determinados políticos, básicamente del PSOE, para decir que no sabían nada y que el asesor no les informó».

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