Fracaso en dos barrios

La alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, su concejala de Bienestar Social, Yolanda Alonso, y el de Interior, Pedro García, tienen un problema que se viene arrastrando desde hace meses: a todo el mundo, incluidos los periodistas, les piden comprensión y silencio ante las políticas que están llevando a cabo para tratar de solucionar el grave problema de convivencia que están generando familias de etnia gitana, primero en el barrio de La Luz y ahora en el ámbito de Llaranes.

Pero una cosa es tener una cierta comprensión y otra diferente tener que asistir mudos a lo que hoy es simplemente una constatación: el fracaso de esas medidas, que se han revelado ineficaces para acabar con una situación que, lejos de amainar, cada día aflora con más virulencia. Lo que está pasando ahora mismo en Llaranes no tiene por qué soportarlo ningún ciudadano: personas vejadas, incluidas enfermos, insultos, amenazas de violaciones y de muerte, robos, intolerables faltas de urbanidad... La ley de la selva. La que ha provocado que algunas personas hayan tenido que cerrar sus viviendas y marcharse a vivir con su familia; o que numerosos pisos estén vacíos y se decida no alquilarlos para evitar problemas, al margen de la degradación general de la zona y la caída en picado del precio de la vivienda.

Esta ciudad lleva más de cuarenta años poniéndolo todo para integrar a decenas de familias gitanas. Por eso, es difícil de explicar esa especie de complejo que existe entre nuestros representantes políticos para llamar a las cosas por su nombre. Los problemas en La Luz y en Llaranes los están provocando unas pocas familias gitanas. Y si como dice la alcaldesa y su concejala, el problema es de los que alquilan los pisos, el Ayuntamiento deberá disponer de otros recursos para tratar de zanjar zanjar, no parchear una situación que está perjudicando a cientos de personas. Si la solución pasa por medidas judiciales, no sé a qué espera el Ayuntamiento para pedirlas, salvo que, también en esto, el intento se haya saldado con otro sonoro fracaso.