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La lección de Foro tras las elecciones

José María Urbano

Miércoles, 3 de junio 2015, 17:45

Para muchos fue el mejor candidato a las pasadas elecciones locales en Avilés. Juan Carlos Fernández, el cabeza de lista de Foro partido que ha desaparecido del Ayuntamiento tras perder prácticamente todo su caudal de 2011, en donde había irrumpido como segunda fuerza política, acaba de demostrar que posee la madera de político líder que a veces tanto se echa en falta. Se puede hacer una autocrítica para la galería, tipo Cospedal «hemos hecho autocrítica, pero no nos vamos a hacer el harakiri», o uno se planta ante su comité directivo y llama a las cosas por su nombre.

Juan Carlos Fernández acaba de dar una lección al explicar las razones de la debacle de su partido, que en estos comicios ha perdido nada menos que 7.405 votos respecto a 2011 y los seis concejales con los que contaba en el salón de plenos. Se podría haber escudado en la marea anti Foro que ha recorrido Asturias, pero ha preferido ser honesto con los suyos y consigo mismo, llamando a las cosas por su nombre. Sobre las causas del resultado electoral: disensiones internas en el grupo municipal y en el partido, imagen un tanto bronca y hasta crispada, idea de partido cerrado y endogámico, un proceso de primarias que llegó tarde, un candidato menos conocido que los demás y un partido con una imagen de marca que ya no fue motor tractor como en 2011. Son casi citas textuales de sus palabras, enviadas a los medios por escrito para evitar interpretaciones ajenas. Y sobre la campaña: presencia diaria en los medios, noticias en positivo del programa electoral, sin broncas, sin insultos, sin descalificaciones a los rivales, titánico esfuerzo por estar en la calle, con la gente, con más de quinientos comercios visitados en persona...

Casi no hace falta decir más. Algunos de sus compañeros, presentes en la reunión de este lunes, se habrán dado por aludidos. El grupo municipal de Foro jamás dio una rueda de prensa en cuatro años; ni uno solo de sus seis concejales hicieron declaraciones a los medios de comunicación; su obsesión por descalificar al rival político rozó lo patológico. Y en cambio, prácticamente todos los días había una nota de prensa enviada desde Foro Avilés (se supone), «con las declaraciones que ha hecho el concejal o la concejala X». Notas de prensa idénticas, sacadas de una plantilla, en las que el tono apocalíptico, descalificador y a veces casi insultante se mantenían siempre, a diario, lo mismo daba que fuera para pedir el arreglo de un socavón o el cierre de una visera de un colegio que para dar su opinión sobre el presupuesto municipal o el aborto.

El grupo municipal de Foro se saltó hasta los mínimos consensos de esta Corporación en un intento de arañar votos como fuera. En un asunto tan delicado como el de los problemas de algunas familias gitanas intentaron enfrentar a los vecinos de La Luz y de Llaranes, mientras los demás grupos recibían la información puntual sobre lo que se estaba haciendo y respetaban la labor de los servicios municipales y de las entidades representativas de los dos barrios. No les sirvió de nada en cuanto a número de votos, pero provocaron el rechazo de miles de personas en una ciudad en la que algunas cuestiones son sagradas. Y una de ellas es el enorme esfuerzo que históricamente se ha hecho para dar solución a un problema muy grave. Lo mismo se puede decir de la carga demagógica que ha rodeado todo el proceso de desalojo de algunos inquilinos en El Nodo, a la que también se apuntaron.

Y finalmente, en Foro nunca había querido hacer, hasta ahora, una autocrítica sobre el Centro Niemeyer. Quizás porque el tiempo ha demostrado, y eso ya no habrá quien lo borre de la historia de esta ciudad, que Foro Asturias destrozó el proyecto más importante que ha tenido Avilés desde la llegada de Ensidesa.

Los prejuicios con los que Foro Asturias fundamentalmente en su círculo de gente relevante de Oviedo accedió al Gobierno regional respecto al Centro Niemeyer hizo que de la simple sospecha (los gin tonics, las hamburguesas, el delito de pagar a un bufete de abogados su minuta...) acabara en el mes de septiembre de 2011 con la patada en la puerta del consejero de Cultura y su equipo. Si alguien tiene dudas todavía, que acuda al diario de sesiones del Parlamento regional y que lea las declaraciones del señor Vallaure en su comparecencia ante aquella incalificable Comisión Niemeyer. Fue lo primero que dijo: «No tengo inconveniente en reconocer que convoqué el Patronato (del Centro Niemeyer) de forma ilegal, porque yo no podía hacerlo». Esto, que ni siquiera figuró en las conclusiones de la Comisión Niemeyer, fue sólo el prólogo del insulto a los artistas, a los gestores, a la alcaldesa no ha habido nunca una palabra de disculpa, pese a que la campaña en su contra fue demoledora, recurriendo incluso a aspectos personales, al trozo de pizza, a la gotera que nunca nadie vio y al cierre temporal del centro.

Aquel día de septiembre empezó el derrumbe de Foro en Avilés. La baja de 7.405 personas de las 9.398 que lo votaron en 2011 lo acaban de certificar.

Juan Carlos Fernández ha hecho un ejercio noble de autocrítica y ese es el primer paso que da la gente inteligente para sacar conclusiones y lanzarse de inmediato a ganar el futuro. Este candidato se lo merece.

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