«Todos teníamos fe en que Los Telares era viable, sólo necesitábamos dos millones de euros»
fundador de Los Telares, ofrece su versión de la liquidación de la empresa, sin descartar acciones judiciales contra los últimos gestores
Fernando Del Busto
Martes, 23 de junio 2015, 03:14
El empresario avilesino Julián Rus responsabilizó ayer a los últimos gestores de Los Telares de la actual situación de liquidación de la cadena textil que genera 600 puestos de trabajo en España, asegurando que conocían desde el primer momento la situación financiera de la compañía. Su principal preocupación como fundador y propietario de la empresa era salvar «el mayor número de puestos de trabajo posibles». De esta manera se puede resumir la rueda de prensa que ayer ofreció Julián Rus para narrar los efectos de la crisis económica en la cadena textil que fundó en la década de los 70. «Hasta 2008, la cosa había ido razonablemente bien. En 2008, la crisis y la restricción del crédito que sufrimos todas las empresas nos empezó a generar problemas», recordaba ayer. En esos momentos, la principal preocupación de Rus era conseguir la financiación necesaria para poder mantener la actividad. En 2010, sufriendo la caída del consumo que entonces se registraba en toda España, logra firmar un crédito sindicado que si bien no absorbía todas las pólizas anteriores, representaba un paso adelante para tratar de salvar la situación. El BBVA lideró ese crédito de «14 millones de euros sobre un patrimonio de 20 millones».
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El balón de oxígeno no fue suficiente y dos años después Julián Rus se vio obligado a acudir a un pre-concurso de acreedores. «No podíamos seguir en esa situación, los gastos eran mayores que los ingresos y fuimos al pre-concurso y posterior concurso porque no había otra salida. Sabíamos que íbamos a salir. Todos teníamos fe en que la empresa era viable», comentó. Desde sus responsabilidades accionariales, aporta capital propio a la empresa, hasta un millón de euros, «sabiendo que nunca lo iba a recuperar», para intentar enderezar el rumbo de la sociedad.
En ese momento, su mayor preocupación era «salvar el mayor número posible de puestos de trabajo», defendiendo en todo momento la viabilidad de su modelo de negocio. Es más, Rus cifró en unos dos millones de euros la cantidad de dinero que necesitaba en aquel momento para conseguir salvar a Los Telares, pero no lo logró a pesar de que la empresa facturaba unos 40 millones de euros, según explicó. No se abrieron las puertas públicas ni privadas. «Nadie nos echó una mano para salir adelante», aseguró.
«La compañía es viable, pero ahora necesitaría unos 8 millones de euros»
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Rescate
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Julián Rus defendió ayer la viabilidad de Los Telares, que definió como empresa «muy querida por su público». Para el fundador de la cadena textil, ese hipótetico rescate pasaría por «una negociación muy complicada con los proveedores, administración judicial y la plantilla». Además, sería necesaria una inversión que ahora, como mínimo, necesitaría un mínimo de 8 millones, además del cierre de «4 ó 5 tiendas deficitarias».
La prórroga del crédito sindicado y la primera reestructuración con varios despidos aportaron cierto colchón a la compañía, que seguía sufriendo la crisis. Rus mantuvo la búsqueda de inversores que aportasen la estabilidad necesaria. Entre septiembre y octubre de 2014, «me di cuenta de que sin financiación no saldríamos adelante y habría que llevar la compañía a la liquidación y su cierre», recordó ayer. Los fondos de inversión y de capital riesgo no respondían a los planteamientos, ni tampoco las administraciones públicas. «En el IDEPA no nos hicieron ni caso», lamenta. En cambio, en esta última etapa, sí quiso destacar el papel sobresaliente del director general de Industria, Luis Ángel Colunga, «apoyando en todo momento».
«Conocían la situación»
Tan sólo una empresa, Grafton Corporate, con Ulises Vegas y Mikel Goicoechea, son introducidos por Liberbank y mantienen un interés que termina con la compra y la entrada del fondo suizo Gryphus Partners. Rus explica que en el proceso de negociación se facilitó toda la información de la situación de la compañía. Los nuevos gestores se comprometían a una inversión de 6 millones de euros en un proceso de compra asesorados por PwC. La venta se cierra el 28 de noviembre del pasado año y los nuevos propietarios adquieren Los Telares por un euro. Varios anexos detallaban la situación de la empresa y las condiciones, incluyendo la situación de Rus como asesor externo sin poderes ejecutivos. «Es algo que siempre se hace. Aunque yo estaba deseando marcharme», reconoció. Hoy en día, estudia la posibilidad de denunciar el incumplimiento del acuerdo.
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«Desde el primer momento son conscientes de la situación, de la necesidad de llenar las tiendas y negociar con proveedores y clientes. Se les ve con toda la buena intención, compran una compañía por un euro y saben que en 5 años podrán venderla por mucho más o seguir con ella. No era difícil reflotarla, sólo era necesaria inversión», afirmó. Reconoce el esfuerzo realizado en los primeros meses, que llegó a ilusionar a todo el equipo. «Nunca pensé que fuese un fondo buitre. No tenían opción a llevarse nada. El mayor valor eran los locales y están todos hipotecados», aseguró.
Los primeros meses de los nuevos gestores responden a esa estrategia, se realizan compras y se aprecia un esfuerzo, reuniéndose con todos los proveedores. Rus cifra en 2 millones de euros la inversión realizada, pero «poco a poco». El empresario reconoce su discrepancia con las formas, acusándoles de «soberbia, aunque cada uno es como es». Los problemas y los atrasos en los pagos regresan en marzo y abril de este año. Rus insta a que se compre para las próximas campañas, pero no se responde. En mayo saltan todas las alarmas con una sucesión de episodios que para él desvelan «el punto de maldad y malicia» de los últimos gestores, a lo que añade «una pésima gestión».
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Ayer, Julián Rus aseguraba no arrepentirse de haber llegado a un acuerdo con ellos «porque buscaba salvar la compañía», reconociendo su cuota de responsabilidad. «Si yo he gestionado la empresa desde su fundación seguramente algunas cosas las habré hecho mal y por lo tanto yo también tengo una parte de responsabilidad, pero mi único objetivo era salvar los empleos».
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