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YOLANDA DE LUIS
Lunes, 25 de abril 2016, 01:34
La cultura de la seguridad en el trabajo adquiere cada vez un mayor peso en España, un país en el que no hace muchos años hablar sobre riesgos laborales era casi hablar en chino. Los voluntarios de la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia Integral, en colaboración con el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, están desarrollando un programa para que la seguridad en el trabajo pase a ser parte de nuestro ADN y para ello han encontrado una forma de acercarse de forma amena a los jóvenes que estudian ciclos formativos. Voluntarios que han sufrido algún tipo de accidente laboral narran su experiencia junto a profesionales del sector de la prevención.
accidentes con baja hubo en Asturias el año pasado en el puesto de trabajo y 1.238 'in itínere'.
centros educativos de Asturias participan en el programa de divulgación de seguridad laboral.
En Avilés, dos de ellos son Alejandro Granda, responsable de prevención en la Cámara de Comercio, y Germán Rubín, conocido por su participación activa en el sindicalismo de la comarca y ahora también conocido por los estudiantes de los institutos asturianos por su pie, el que muestra a los alumnos para que tengan claro cuáles pueden ser las consecuencias de un accidente laboral.
Germán Rubín sufrió un accidente al quedarle el pie atrapado en una cinta transportadora en la LD-III. La piel arrancada y los huesos triturados le obligaron a pasar por numerosas operaciones para terminar prejubilado en los años de reconversión de la siderurgia asturiana. No se limita a narrar la experiencia vivida, sino que muestra su pie para que puedan ver que la seguridad es importante en el trabajo.
Cree que su experiencia les puede servir cuando salgan al mundo laboral. «Recalco mucho que en mi caso, y creo que en muchos más, hubo dos condiciones que se dieron para que se produjera el accidente, que fueron el exceso de confianza tras años trabajando en el taller y las prisas, ambas son malas consejeras en seguridad laboral». Su consejo siempre es: «Vísteme despacio que tengo prisa», pero cree que actualmente en el mundo laboral a veces tiene poca aplicación porque los trabajadores se ven sometidos a una presión permanente para producir lo más rápido posible.
Riesgos en el entorno
Alejandro Granda pone a los estudiantes frente a una evaluación de riesgos cercana, la de su entorno mismo en el instituto. «Si les explicases la normativa directamente estoy seguro que no pondrían la misma atención que cuando ven a las situaciones de riesgo que están expuestos y que nunca habían evaluado». Como ejemplo, en un día de lluvia el agua que queda por los pasillos del centro puede provocar una caída con consecuencias importantes si no se señaliza debidamente, «eso es algo que entienden que les puede pasar cualquier día y con ello se dan cuenta de la importancia de la prevención», señala Granda. Les habla también de otros riesgos que tienen, como los que se encuentran en el traslado desde su casa al instituto.
Ambos son voluntarios de la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia Integral, que desde hace unos años trabaja en Avilés en varios ámbitos. Llegaron a la Fundación por distintos caminos, Granda al conocer a Gloria Asla, responsable de la entidad en la ciudad, y aceptar su propuesta para dejar parte de su tiempo libre en estas charlas que llegan cada año a centenares de estudiantes de toda Asturias; mientras que Rubín fue 'captado' cuando la Fundación se acercó a su sindicato, Comisiones Obreras, en busca de personas que hubieran sufrido accidentes laborales. «En ese momento estaba yo y pensé que tengo mucho tiempo libre y que debía entregar parte de él a este proyecto porque espero que ver mi pie sirva para evitar futuros accidentes».
Las conferencias en los centros educativos comenzaron el pasado mes de enero y finalizarán en mayo. Pasará por 27 centros educativos, de los cuales cuatro son de la comarca avilesina, los institutos Carreño Miranda, La Magdalena y Isla de la Deva, así como el Centro Integrado de Formación Profesional.
La siniestralidad laboral ha vivido un repunte en los últimos años en España. Según los datos del Instituto Asturiano de Prevención, el año pasado se contabilizaron 10.509 accidentes laborales con baja en la jornada de trabajo y 1.238 'in itínere'. En ambos casos supone un incremento con respecto a 2014. Los producidos en el trabajo crecieron un 1,76% y los que tuvieron lugar mientras iba o volvía de trabajar aumentaron un 8,4%. No obstante, tanto en unos como en otros hubo una reducción de aquellos que tuvieron el carácter de grave.
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