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Enrique Martínez y Ricardo Fernández, ayer en la inauguración de la exposición y de las Jornadas de Alfarería en el CMAE.
Cerámica contra los malos espíritus

Cerámica contra los malos espíritus

Las IX Jornadas de Alfarería se sumergen en la superstición en su apertura en el CMAE

BÁRBARA MENÉNDEZ

Domingo, 9 de abril 2017, 02:17

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Si ayer por la tarde había algún mal espíritu rondando por las inmediaciones del Centro Municipal de Arte y Exposiciones, se llevaría una sorpresa al descubrir el despliegue organizado con motivo de la inauguración de las IX Jornadas de Alfarería. Esta cita, consolidada ya en el calendario avilesino, está dedicada en esta ocasión a los ritos y a las creencias populares en España, una temática muy atractiva tanto para los interesados en esta disciplina artística como para el público general.

Tal y como explicaba Ricardo Fernández, comisario de la muestra , la voluntad de las jornadas es «ofrecer un enfoque que toque también la parte más humana de la alfarería y que demuestre a los visitantes que es una modalidad muy importante para nuestra historia porque dice mucho de cómo se vivía en el pasado». Tras la presentación oficial del programa, se inauguró la exposición compuesta por 120 piezas de alfarería tradicional de seis colecciones particulares.

Los presentes pudieron disfrutar de una visita guiada a cargo de Enrique Martínez García, quien explicó detalladamente las particularidades de cada figura. Entre estas hay estilos y técnicas para todos los gustos; desde los pequeños amuletos de la fábrica de loza Sargadelos, empresa fundada en 1806 en Cervo (Lugo), hasta una nutrida representación de la alfarería negra tan típica de Miranda.

«Es una colección única en el mundo y que sólo está pensada para ser expuesta en Avilés», destacaba ayer el comisario. Los propios coleccionistas, como el logroñés Enrique Glea, agradecieron el esfuerzo del organizador por reunir todos estos trabajos. «Aunque es una temática muy complicada a la hora de ordenar y escoger piezas, lo que hay aquí representa un resultado final muy admirable», señaló Glea.

El coleccionista riojano ha aportado alrededor de una quincena de obras, algunas de ellas tan curiosas como el espantabrujas de la teja en forma de lobo cuyos orificios estaban pensados para funcionar con la acción del viento emitiendo el sonido de uno de estos animales y ahuyentar así a los malos espíritus. Por su parte, las 'tejas del alma' debían ser retiradas del tejado de las casas cuando uno de sus habitantes fallecía si no se deseaba que su alma permaneciese encerrada.

En la exposición tampoco faltan guiños a la cultura gallega, tan rica en ritos y tradiciones, ni por supuesto a la asturiana, e incluso a la local. Además de un barbón ovetense que fue Premio Nacional de Artesanía por su diseño y las piezas de Miranda, también se puede encontrar el tan característico puchero que cada año se rompe en decenas de pedazos durante el rito del beso en la Ermita de La Luz. Todas las obras están acompañadas de un panel donde se dan a conocer más datos sobre su historia y uso y permanecerán abiertas a las visitas en el Centro de Arte y Exposiciones de El Arbolón hasta el próximo 5 de mayo.

Música y queimada

El acto de ayer prosiguió con un concierto del Joven Coro del Conservatorio Julián Orbón muy aplaudido por los espectadores, ya que los músicos prepararon una actuación muy especial centrada en la temática de la cita a modo de ejercicio vocal con la interpretación de tres piezas. Tampoco pasaron por alto la parte escénica, completando una representación global con una desarrollada puesta en escena que hizo las delicias de los asistentes.

Por último, la compañía Achádego Teatro puso el broche perfecto a la jornada con una teatralización del mítico rito gallego de la queimada. El grupo, especializado en este tipo de actuaciones, rescató con su recipiente de barro cocido una de las tradiciones más representativas del imaginario colectivo español para trasladar al público del CMAE a una atmósfera que cabalgó durante toda la jornada entre lo festivo y lo místico.

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