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Juan Wes con José Manuel Poncet a su derecha y el director del Casino, a su izquierda.
«La vida de Avilés está en el puerto», afirma Juan Wes

«La vida de Avilés está en el puerto», afirma Juan Wes

'Las lentejas del Casino' homenajean al exdirector de LA VOZ DE AVILÉS, que hizo un repaso de la evolución comercial de la ría

C. DEL RÍO

Miércoles, 17 de mayo 2017, 08:57

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La historia del puerto de Avilés comenzó a escribirse en la ría a partir del siglo X con unas ventajas e inconvenientes que Juan Wes desgranó ayer en las 'Lentejas del Casino', durante el acto gastronómico-social que sirvió para rendirle homenaje. La clase magistral del que durante 36 años fue director de LA VOZ DE AVILÉS sirvió para que muchos comensales descubrieran la importancia histórica de un puerto en ocasiones desconocido y para que algún otro pudiera retrotraerse a una época en la que el carbón lo teñía todo.

«Podría estar hablando toda la tarde, pero entonces no comeríamos», confesó entre risas antes de identificar los problemas de un puerto orientado al Noroeste, que sufre todos los mares, vientos y corrientes del cuarto cuadrante.

Explicó que históricamente, Avilés fue puerto de salida e importación de productos como la lana, piedra, sal o caolín, pero su auténtico despegue llegó con el ferrocarril en 1890, que supuso la salida del carbón de la cuenca central de Asturias. «Así como la reafirmación de los tráficos que desde mitad del siglo XIX generaba la Real Compañía Asturiana de Minas», apuntó

El puerto tomó un nuevo impulso en 1951, con Ensidesa y las grandes empresas que llegaron junto a ella. La importancia de la actividad carbonera se completaba en aquel momento, según explicó Wes, con el tráfico de cabotaje de madera de Galicia (rollas de pino), necesarias para el entibado de las galerías mineras. En 1925 el Puerto superó por primera vez el millón de toneladas y en 1972 batió su propio récord, con 6.700.000.

Habló también de la modernización de los muelles, de San Juan de Nieva, de la ampliación del de Raíces a gran calado y del de Valliniello, lo que permitió diversificar la oferta de actividad portuaria, «que se verá mejorada próximamente si la Autoridad Portuaria acomete el proyecto de 'adecentar' el viejo muelle de Raíces». Permitirá pasar a los más de ochocientos metros de cantil de los ocho metros actuales de calado a los doce, unificando todo Raíces. «Un puerto es el reflejo de la actividad del hinterland comarcal de su industria y comercio. Si no las hay, no hay puerto», sentenció.

Respecto al sector pesquero, que históricamente ha estado unido a Avilés, comenzó a cobrar especial protagonismo durante los primeros años del siglo XX «con la incorporación de la propulsión a vapor de la flota, lo que supuso mayor tonelaje de barcos, más potencia de las máquinas, más rapidez, mayor capacidad extractiva de la pesca y más días en la mar». Aparte de los beneficios directos, sirvió para que la ya de por sí importante flota de arrastre y de bajura comenzara a aglutinar actividad en su entorno. Por último, se refirió a la actividad conservera que se desarrolló entre 1920 y los ochenta.

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