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Mercedes de Soignie y la oncóloga Elisabeth Arrojo, ayer, en el Aula de Cultura. LVA

«Abrí una clínica para aplicar la hipertermia porque en la pública va todo muy lento»

Decidió fundar el INMOA en Madrid y aplicar a pacientes oncológicos un tratamiento con suficiente aval científico

C. DEL RÍO

AVILÉS.

Viernes, 25 de marzo 2022, 00:35

Impulsora en España de la hipertermia, la oncóloga corverana Elisabeth Arrojo desgranó ayer en el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS los beneficios de un tratamiento reconocido por la Organización Médica Colegial y avalados tanto por la evidencia científica como por los resultados en consulta. Insistió en la importancia de la prevención en la mayor parte de los cánceres, principalmente la dieta, y lamentó la desigualdad existente entre comunidades a la hora de abordar los procesos oncológicos. Una hora extensa de Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS que sirvió, a partes iguales, para elevar las esperanzas de quienes sufren de cerca un cáncer y también para indignarse con la lentitud de la sanidad a la hora de incorporar novedades que, en realidad, ya no lo son tanto.

En España hay tres unidades de hipertermia en el INMOA, el instituto oncológico fundado por Arrojo en Madrid y solo una en la sanidad pública, en el Hospital Universitario de Valdecilla. En su opinión, es bastante «sorprendente» que algunos compañeros oncólogos no conozcan este tratamiento e incluso desconfíen de él dado que hay evidencia científica sólida (estudios de fase 3), pero el principal motivo es que «seguimos sin tenerlo en los hospitales públicos». Salvo en el de Santander, que recibe también a pacientes del País Vasco.

A preguntas de Mercedes de Soignie, coordinadora del Aula, Arrojo explicó que le habría encantado trabajar en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y que le gusta tanto su comunidad que, al principio y durante mucho tiempo, recorrió diariamente los 400 kilómetros que separan el Hospital de Valdecilla, en el que sigue trabajando como médica adjunta, de Avilés, donde tenía fijada su residencia. «Me hubiese encantado trabajar en el HUCA, donde hice la residencia, pero no tuve la oportunidad de hacer las cosas que yo quería hacer» y aquí surgió la inevitable comparación con la forma de entender la investigación en Estados Unidos, de donde venía. «Cuando allí tienes una idea y llegas con ella al hospital, te dicen que venga, que adelante, que qué buena idea. Aquí, en cambio, nos pasa más que te dicen 'eso es muy difícil' o es 'mucho lío'», y eso fue tanto el origen de quedarse en Valdecilla, «un hospital de una comunidad pequeña, pero que tiene un gran nivel sanitario» como el de emprender.

Cree que si estuviera en la red pública habría menos reticencias y le sorprende que algunos compañeros no conozcan el tratamiento

Explicó que a su regreso, sin trabajo, abrió en Avilés una clínica de segunda opinión y de tratamiento del dolor en la que recibía pacientes de Madrid. «Me llamó mucho la atención. Entonces conocí el tratamiento de la hipertermia y como en la sanidad pública todo va muy lento, abrí una pequeña clínica con la ayuda de mi familia en Madrid. Yo seguía viviendo en Asturias. Afortunadamente fue un acierto emprender aquella aventura. Era una apuesta por un tratamiento que yo creía que iba a tener grandes éxitos» y que, los resultados lo confirman, los tiene.

La hipertermia, que no es nueva, consiste en aplicar calor a la vez que la quimioterapia, la radioterapia y la inmunodepresión. Los resultados son un aumento de la esperanza media de vida de seis a quince años. Las radiografías que mostró con la reducción de alguno de los tumores tratados asombraron al público. Arrojo, que insistió en la importancia de la prevención y la dieta, presentará hoy el libro sobre alimentación escrito junto a su marido, el chef Pablo Balbona, a las 19 horas, en El Corte Inglés de Avilés.

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