Borrar
Vista que ofrece San Juan en la actualidad. La imagen se captó desde un punto cercano a la que ilustra la imagen superior MARIETA
Adiós al viejo San Juan

Adiós al viejo San Juan

La Autoridad Portuaria acomete el derribo de los últimos inmuebles del pueblo | Una vez se complete el proceso de demolición se cambiará el trazado de la carretera y la zona quedará integrada en el recinto del puerto

J. F. GALÁN

AVILÉS.

Domingo, 3 de junio 2018, 02:58

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Poco queda ya del otrora bullicioso San Juan, un pueblo nacido en la margen izquierda de la ría a finales del siglo XIX del que tan solo se mantienen en pie unos viejos edificios sin vida y con fecha de caducidad. Son el último vestigio de un pasado glorioso, de un poblado que llegó a tener noventa comercios y empresas, puesto de la Guardia Civil, local de alterne, sala de fiestas, farmacia y un buen número de viviendas. Una vez demolidos, lo único que quedará en pie serán la iglesia del Carmen, desacralizada en 2008 y engullida por el puerto, y la estación de ferrocarril, ya con escasa actividad. El resto será historia.

San Juan nació al amparo del puerto, y el puerto es su verdugo. El espacio que ocupa pasará a formar parte de su recinto, la misma suerte que corrió años atrás la zona sur del pueblo, la de la iglesia. Llevar a cabo este proyecto conlleva desviar la carretera, el tramo de la avenida de la Playa comprendido entre la referida estación ferroviaria y la de prácticos, hasta situar su trazado entre las vías y la parte posterior de la línea que todavía forman algunos inmuebles, donde se situará el límite del recinto portuario.

San Juan comenzó a cobrar vida en 1893, el año en que llegó el ferrocarril, vía de salida y de entrada de los tráficos portuarios. Entonces sus muelles, impulsados por la Real Compañía Asturiana de Minas, y su ya desaparecida vieja dársena eran el centro neurálgico del puerto. Allí se instaló una planta de tostación de blenda y de óleum a las que seguirían otras de aglomerados de finos de carbón.

Con el paso del tiempo también se asentaron en el entorno talleres como los de la Compañía del Tranvía de Vapor del Litoral Asturiano/Fundación La Maruca, Santamarina/Coremasa, José Montes, Sajusa, Tecnomar, Daorje, Hierros Cantón, Rialsa, la empresa Nacional de Aluminio, embrión de lo que hoy es Alcoa, en la margen derecha, Asturiana de Zinc, González y Díez o Mefasa.

Esta incipiente actividad fue la que impulsó el crecimiento de San Juan y la apertura de establecimientos como Casa Celso, el Bahía Club, Efectos Navales Monasterio, los bares Casa Tina, La Marina, Casa Vigón, Ave, Casa Juan, La Ribadense y La Parra, la chatarrería de José Luis, la carnicería de Socapia o la casa del Aguador, todos en el entorno del Muelle Sur y ya demolidos.

Muelle Oeste

Ahora le llega el turno a los orientados hacia el Muelle Oeste, donde tras el reciente derribo del bar y pensión de Luis Roces tan solo se mantienen en pie cinco inmuebles. Entre ellos los que acogían a Efectos Navales e industriales García Morán, negocio que mantiene su actividad en el entorno de la nueva lonja de pescado, Casa Mary y Bar Ferrera, los últimos en cerrar. Ya para el recuerdo han quedado otros como Bar la Rubia, Casa Gelaz, bares como La Esquina, La Pomarada o La Llave, la carnicería de Manolo, el bar y pensión de Luis Roces (ya nombrado), Casa Fausto, La Naval, Confitería Dorita o La Ovetense, entre otros muchos.

El declive de San Juan comenzó en la década de los sesenta a raíz de la progresiva diversificación de los tráficos portuarios, hasta entonces centrados en el carbón, y de la sucesiva entrada en servicio de otros muelles de mayor calado y capacidad operativa. Con todo el de San Juan mantiene una actividad de primer orden centrada de forma exclusiva en Asturiana de Zinc, principal cliente del puerto por volumen de tráficos.

Los negocios fueron cerrando uno tras otro y San Juan se fue apagando hasta llegar a ser lo que es hoy, un pueblo abandonado y sin vida. Queda San Juan de 'allá', al otro lado de la ría, donde apenas residen media docena de vecinos. Y es que San Juan siempre fue un pueblo singular, partido en dos por un brazo de mar y administrado por tres ayuntamientos, los de Avilés, Castrillón y Gozón.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios