El agresor sexual de Bustiello alega arraigo familiar para no entrar en prisión

El caso de la agresión sexual a una mujer en Bustiello en 2018 ha dado un nuevo giro cuando todo parecía decidido tras la sentencia firme que condenaba al autor a tres años de cárcel y el pago de más de 18.000 euros en concepto de indemnización a la víctima. Según ha podido saber LA VOZ DE AVILÉS, su defensa ha presentado un recurso al auto de ingreso en prisión para pedir su suspensión en base a su arraigo familiar.

El pasado 11 de agosto, el Juzgado de lo Penal Número 2 de Avilés dictaba una orden ejecutoria en la que se requería al joven autor de la agresión sexual, a su ingreso voluntario en la cárcel en el plazo máximo de cinco días, con la advertencia de que, de no comparecer ni alegar causa justa que lo impida, «se dará orden a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para que procedan a su detención e ingreso en prisión».

Además, respecto al pago a la perjudicada de la responsabilidad civil de 18.321,40 euros, también se requería al penado para que en el plazo abonase la misma mediante su ingreso en la cuenta de depósito y consignaciones del órgano judicial, con el apercibimiento de proceder a la vía de apremio en caso de impago. A esa cantidad se sumaría una multa de un mes y quince días por valor importe total de 270 euros por quitarle el móvil a la víctima mientras estaba herida en el suelo tras la agresión.

El auto recuerda la prohibición de aproximarse a la mujer a la que agredió sexualmente junto a su casa en Bustiello a menos de quinientos metros y de comunicarse con ella por cualquier medio por un tiempo de cuatro años.

Tres días después de esa ejecutoria, la defensa del condenado ejercida por el letrado José Ramón Nistal presentaba una súplica al Juzgado contra el auto. En su escrito pide que se acuerde conceder el beneficio de la suspensión de la pena en base, sobre todo, al supuesto arraigo familiar del joven agresor de la vecina de Bustiello.

«Mi mandante es delincuente primario, careciendo de antecedentes penales, aparte del que dio origen a la presente ejecutoria», asegura el recurso de reforma y subsidiario de apelación. La defensa del condenado recuerda también que se ha procedido a consignar, en la medida de sus posibilidades, «durante los periodos en que tuvo trabajo», diversas cantidades en la cuenta del Juzgado para su abono a la víctima a cuenta de la responsabilidad civil. «Existe compromiso firme de pago, en cuanto retome el mercado laboral y en cuanto su capacidad económica lo permita», defiende su abogado. En este sentido, según el entorno de la víctima, aún no habría abonado alrededor de 17.000 de los 18.321,40 euros de indemnización.

El escrito continúa alegando que el joven, de origen colombiano, «tiene arraigo en España, residiendo aquí la totalidad de su familia. Ha contraído matrimonio recientemente, estando a la espera del nacimiento de un hijo», circunstancia que se acredita con un certificado de boda.

Por último, el recurso defiende que «el delito se cometió como consecuencia de su ingesta de bebidas alcohólicas, problema ya superado por mi mandante, siendo esta una de las sustancias referidas en el artículo 20.2 del Código Penal, siendo dicho extremo objeto de reconocimiento de una circunstancia atenuante en la propia sentencia».

La presentación de este recurso ha dejado sin efecto la entrada en prisión del condenado por la agresión sexual. El Juzgado le da ahora un plazo a la víctima para que se oponga, algo que tiene previsto hacer su defensa. También debe pronunciarse la Fiscalía, antes de que el juez resuelva y reactive la orden de ingreso en la cárcel o deje en libertad al condenado.

El asalto a la mujer se produjo a las 13.30 horas del 24 de febrero de 2018. La vecina de la calle del Roble había salido de su domicilio a pasear junto a su perro. Cruzó la Variante por una pasarela peatonal que une Bustiello con una zona verde que divide Llaranes y El Pozón. Allí siguió en sentido circular junto a las vías del tren por un pequeño sendero natural. Se cruzó con su agresor, que dio la vuelta y comenzó a seguirla.

La víctima inició el camino de regreso a su casa por el puente para vehículos y peatones que une El Pozón y Bustiello sobre la Variante. «Empezó a silbarme y a decirme que cuánto dinero le pedía por mantener relaciones sexuales», según la denuncia de la víctima. Ella intentó quitárselo de encima de buenas maneras, pero el acoso siguió con preguntas como: «¿Cuánto cobras? Yo tengo dinero, dime cuánto quieres».

Al llegar a las inmediaciones de su vivienda le bloqueó el paso, intentó tocarle los pechos y la mujer lo apartó de un empujón. El joven le respondió con un puñetazo que fue seguido de varias patadas en la cabeza una vez que su víctima estaba en el suelo. La mujer se levantó como pudo e intentó llegar a la puerta de su vivienda tambaleándose. No lo consiguió porque su agresor se abalanzó de nuevo sobre ella, la agarró por el cuello hasta tirarla de nuevo al suelo.

Su intención era entonces desabrocharle el pantalón para consumar la agresión sexual, pero los gritos de su víctima alertaron a un vecino, lo que hizo huir al agresor en dirección a Llaranes con el móvil que le había robado y que intentó vender después en la Plaza Mayor, «aún manchado de sangre», algo que ayudó a su rápida detención e identificación.