El equipo de enfermería de diálisis, junto al fisioterapeuta Sergio Carrasco. JOSE PRIETO

El San Agustín, a la cabeza de los hospitales españoles en diálisis y deporte

Los enfermos renales comienzan a realizar ejercicio durante el tratamiento en un programa que contribuye a mejorar su calidad de vida

YOLANDA DE LUIS

AVILÉS.

Lunes, 21 de mayo 2018, 02:42

Forma ya parte del tratamiento a los enfermos renales en países como Estados Unidos o Australia, pero en España todavía son pocos los hospitales que unen deporte con diálisis. La inquietud de las enfermeras Sonia Cabanelas y Lorena Fernández, que encontró la complicidad del fisioterapeuta Sergio Carrasco, ha hecho que el San Agustín se una a esta pequeña lista de centros hospitalarios en los que los pacientes se beneficiarán de las ventajas que tendrá para mejorar su calidad de vida la realización de ejercicio físico moderado durante el tratamiento de diálisis.

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«Nos gusta hacer deporte y pensamos que en mayor o menor medida todo el mundo puede practicarlo, incluso nuestros pacientes», explica Lorena Fernández sobre cómo comenzaron a preparar este programa. A partir de ahí iniciaron la investigación y plantearon su propuesta a los nefrólogos del hospital, que dieron el visto bueno. También los pacientes se lo dieron porque los resultados de la encuesta que realizaron a sesenta de ellos les sorprendieron, el 73% estaba de acuerdo y dispuesto a practicar deporte durante la diálisis, a pesar de que el 33% tiene más de ochenta años.

En su recorrido también encontraron la complicidad de la Asociación para la Lucha contra la Enfermedades Renales, Alcer, que ha sido la que ha donado los aparatos. La última pieza de este puzzle es el servicio de Rehabilitación y Fisioterapia. Los médicos rehabilitadores seleccionan a los pacientes que pueden participar mediante un estudio minucioso de su estado de salud, valorando su condición física, funcional y fuerza de sus miembros superiores e inferiores, para que el fisioterapeuta pueda ajustar los ejercicios a realizar durante la diálisis. «Tendrá una duración de media hora con cinco minutos de calentamiento, veinte minutos de trabajo aeróbico y muscular y una parte final de vuelta a la calma», señala Sergio Carrasco.

El programa adaptado a cada paciente se controlará por las enfermeras y el propio fisioterapeuta para introducir modificaciones siempre que sea necesario. Además, el control cardiaco que realiza la propia máquina de diálisis contribuirá también a garantizar la seguridad del os pacientes. «Estarán controlados antes, durante y después».

No hay duda de los beneficios, los pacientes lo saben y demandan ya iniciar este programa. «Con el paso de los meses la diálisis va afectando a diferentes sistemas de nuestro organismo, principalmente al sistema cardiovascular y al músculo esquelético», apunta Sonia Cabanelas. Algunos son diabéticos, otros hipertensos o tienen cardiopatías o enfermedades vasculares por lo que son pacientes plurimedicados y muchos de ellos sufren depresión y trastornos del sueño, una problemática que se traduce en una progresiva disminución de sus capacidades para realizar las actividades de la vida diaria y en un sedentarismo que tiene también sus consecuencias a nivel muscular y osteoarticular.

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De ahí que Cabanelas apunte que con el ejercicio físico se vayan a lograr varios objetivos que redundarán en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. La enfermera ahonda en las consecuencias beneficiosas del programa y asegura que «conseguiremos un aumento de la masa muscular mermada por la degradación proteica que produce la diálisis y un aumento del oxígeno en la sangre mejorando las anemias, lo que significará la reducción de la cantidad de fármacos que toman». Además, «esperamos que nuestros pacientes de edad avanzada que ya no realizan actividades de la vida diaria puedan volver a hacerlas como vestirse solos o pasear o hacer la compra».

También creen que el ejercicio físico redundará en una mejora de su estado mental. «Creemos que reducirá su ansiedad, su depresión y aumentará sus relaciones sociales y tal vez alguno de nuestros pacientes se apunte a realizar actividades deportivas fuera del hospital», añade.

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De momento y antes de que el programa avance ya tiene un beneficio claro para los pacientes, reduce la monotonía de un tratamiento que dura entre tres horas y media y cuatro tres veces a la semana.

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