Alisson Oliveira reconoce ahora haber asesinado a Paloma Barreto

Tras meses de negación, Alisson Luis de Oliveira reconoce ahora haber asesinado a Paloma Barreto en un piso de la calle de La Cámara en septiembre de 2019. El brasileño ha llegado a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía del Principado de Asturias, lo que supondrá la rebaja de la pena de cárcel solicitada inicialmente por el Ministerio Público y que ascendía a 23 años. El joven se evita así un juicio con jurado que iba a comenzar el próximo lunes en la Audiencia Provincial, en el que además de salir a la luz muchos detalles personales e íntimos tanto de la víctima como del asesino, seguramente se arriesgaría a una condena muy superior a la que se le va a imponer y que se conocerá hoy.

El acuerdo alcanzado entre el asesino y la Fiscalía implica que Alisson Luis de Oliveira reconoce los hechos que se le imputan o, lo que es lo mismo, que el 20 de septiembre de 2019, sobre las siete y media de la tarde, entabló una discusión con Paloma Barreto, mujer transexual de 38 también brasileña, en un piso alquilado en la calle de La Cámara para la prestación de servicios sexuales que ambos compartían. Tras una pelea y «con evidente intención de acabar con su vida», le propinó hasta dieciocho puñaladas en el rostro, la espalda y en la parte anterior del tórax y el abdomen, causándole la muerte.

La Fiscalía considera que estos hechos constituyen un delito de asesinato, por los que además de veintitrés años de prisión, solicitaba la inhabilitación absoluta del acusado y el abono de las costas procesales.

Alisson Luis de Oliveira, que huyó de la ciudad tras el crimen, fue detenido tres días después en León e ingresó en prisión provisional comunicada y sin fianza, en la que permanece hasta ahora. Siempre negó haber matado a Paloma, pero las evidencias en su contra se acumulaban y seguramente hayan sido las que le han aconsejado reconocer los hechos y pactar así una rebaja de la pena de prisión. Con esta decisión de De Oliveira no se cumplirá el deseo de la familia de Barreto, que confiaba en que se le aplicara la máxima pena posible.

El crimen sorprendió en Avilés no solo por su brutalidad sino también por desvelar un mercado sexual que habitualmente se lleva con mucha discreción. Afincada en Alicante, Paloma Barreto se trasladaba por toda España pactando de antemano una serie de citas con las que se garantizaba la posibilidad de alquilar un piso y la rentabilidad del viaje. Muy apreciada por su círculo de amigos, fueron estos los que desde el principio y a pesar de la distancia, se volcaron con la Policía Nacional en las investigaciones. No tenían ninguna duda de que De Oliveira estaba detrás.