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M. I. M. I. abandona el juzgado junto a su abogado, José Carlos Botas. MARIETA
«No son amenazas, son insultos»

«No son amenazas, son insultos»

La defensa de la vecina conflictiva de la calle Hermanos Soria alega que gritar 'Hijos de puta, ya estáis otra vez con el hijo de puta de vuestro hijo. Me cago en vuestra puta madre' no es delito

c. del río

Miércoles, 6 de febrero 2019, 13:57

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M. I. M. I., la vecina conflictiva en el número 5 de la calle Hermanos Soria, ha negado hoy haber proferido amenaza o insulto alguno contra sus vecinos del piso superior. Aseguró que el 8 de noviembre de 2018, cuando habrían ocurrido los hechos denunciados por su vecino, ella se encontraba en el centro comercial El Atrio, «como todas las tardes», y justificó las luces encendidas de su casa por los animales. «Nunca apago la luz cuando me marcho», afirmó. Su abogado, José Carlos Botas, ha solicitado su libre absolución por una acusación de amenazas leves que, en su opinión, «no son amenazas, sino insultos, que quedaron despenalizados en el 2015».

M. I. M. I. ha comparecido hoy en solitario, sin la compañía de su hijo, que también estaba acusado, en el Juzgado de Primera Instancia Número 4. Afirmó que había sufrido una indisposición y que estaba enfermo, pero la magistrada ha exigido un justificante médico que ella no tenía. Cabe recordar, que él será detenido en cuanto la Policía Nacional logre dar con su paradero por el quebrantamiento de una orden de alejamiento, una medida cautelar decretada el viernes 25 de enero.

En la vista oral celebrada hoy , F. M. se ha reafirmado en el contenido de la denuncia. Recordó que habían tenido que dejar el piso de su propiedad a pesar de ser las víctimas por lo «insostenible» de la situación, al que solo acuden de vez en cuando a recoger enseres. Eso fue lo que habría ocurrido el pasado 8 de noviembre. «Tan pronto entramos en casa, no había pasado ni un minutos, empezamos a escuchar ruidos y después gritos. (...) Se oían como risas», declaró, en calidad de testigo, su mujer. Lo peor fueron las palabras que la vecina conflictiva habría proferido: 'Hijos de puta, ya estáis otra vez con el hijo de puta de vuestro hijo. Me cago en vuestra puta madre. No os va quedar claro hijos de puta que ese niño no va a poder volver a dormir en esa casa'.

F. M. y su mujer, que habían acudido al domicilio en compañía de su hijo de tres años, llamaron «inmediatamente» a la Policía Nacional, que no obtuvo respuesta al llamar en la casa de estos vecinos. El denunciante y su mujer reiteraron que estaban en el domicilio porque había luz «y se veían sombras», algo que también habrían podido constatar los agentes.

Su abogado, Antonio Urrutia, solicitó una multa de tres meses, a razón de seis euros al día y una orden de alejamiento de 500 metros durante seis meses. «El objetivo de M. I. M. I. y su hijo es vivir solos en ese edificio. Menos mal que ahora los vecinos se han movido», reflexionó tras presentar informes médicos en los que se acredita la situación de estrés que sufre su representada, que se encuentra de baja, y el hijo de la pareja, que recibe atención médica en Salud Mental.

El juicio ha quedado visto para sentencia.

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