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Ana Bretón, ayer ante el Ayuntamiento. PATRICIA BREGÓN
«Vi odio en la cara de Zarracina y sentí miedo por mí, mis hijos y mi familia»

Ana Bretón: «Vi odio en la cara de Zarracina y sentí miedo por mí, mis hijos y mi familia»

La portavoz adjunta del PP denuncia las «falsedades» del sector crítico sobre los hechos que investiga el comité de garantías

FERNANDO DEL BUSTO

AVILÉS.

Viernes, 19 de enero 2018, 03:55

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«Llevo desde septiembre callada y mi intención era no hacer declaraciones, pero la rueda de prensa de Francisco Zarracina, Alfonso Araujo y Constantino Álvarez y la sucesión de falsedades que han dicho me obligan a salir». De esta manera iniciaba ayer Ana Bretón, portavoz adjunta del grupo municipal del Partido Popular, su encuentro con los medios de comunicación después de que se conociese que el concejal Francisco Zarracina, uno de los tres ediles críticos con la actual gestora y con el portavoz del grupo municipal, se encontraba bajo un expediente disciplinario por el comité de derechos y garantías. En él se dilucida un enfrentamiento entre ambos tras la junta local de septiembre, en la que Ana Bretón denuncia que Zarracina la amenazó con hacerla llorar. La edil recriminó a Zarracina su comportamiento. «Yo, en su lugar, dimitiría», aseguró.

Ana Bretón también cuestionó ayer las declaraciones de los otros dos ediles críticos: Alfonso Araujo y Constantino Álvarez, apoyando a Zarracina. «Araujo no había ido a la reunión y Álvarez se fue antes de que pasase», comentó. La versión de Ana Bretón es radicalmente diferente a la de Zarracina, que el pasado miércoles negó los hechos, afirmando que se refirió a que la concejala lloraría cuando, moviendo el dedo a u la directiva regional prescindiese de ella después haberse postulado como posible candidata a la alcaldía.

La versión que ayer ofreció Ana Bretón señala que el episodio se produjo al final de la junta local celebrada el pasado 20 de septiembre. «Es falso que sucediese durante la junta como indican, pasó al final. Cuando la junta había concluido. Por eso no se incluyó en el acta, sino en un anexo posterior», explicó la edil.

Ana Bretón también negó que se hubiese producido ningún ataque ni ridiculización de Francisco Zarracina. «Es totalmente falso. Además, si estamos atacando a Zarracina, ¿por qué se marcha Constantino Álvarez? Si es su amigo quedaría para defenderlo», apuntó la edil.

Para la edil, el momento más crítico fue cuando Francisco Zarracina se dirigió a ella «en tono agresivo, violento, moviendo el dedo a un centímetro de mi cara y diciéndome: a ti te voy a hacer llorar yo. En su cara veía odio. Sentí miedo por mi, por mis hijos y por mi familia». Ayer lo recordaba con los ojos acuosos.

Según recordó ayer, la violencia de lo sucedido motivó la inmediata reacción de los integrantes de la junta local, entre ellos Francisco Javier Lozano, inspector de la Policía Local de Avilés, que recriminó a Zarracina su actitud, invitándole a que se retractase de forma inmediata. No fue la única intervención en ese sentido, sin lograrlo.

«Si eso me hubiese pasado en la calle, lo hubiese denunciado. Pero al ser en el ámbito del partido, acudí al comité de derechos y garantías a solicitar amparo. Las cosas del partido deben resolverse en el partido y, por eso, desde septiembre no he dicho nada. Sólo he salido ante la sucesión de falsedades que se han dicho», aseveró ayer Ana Bretón.

El proceso

Ahora mismo, el proceso se encuentra en plena tramitación. Diez testigos, además Zarracina, han declarado ante el comité de garantías. Este órgano deberá evaluar toda la información y decidir si se trata de un hecho sancionable o no. En el primer lugar, deberá valorar su trascendencia: leve, grave o muy grave y, a partir de ahí, fijar una sanción. Puede ir desde un apercibimiento verbal o escrito a una suspensión temporal de la militancia o la expulsión del partido.

En ningún caso se le puede retirar el acta de concejal, ya que es personal y corresponde a la persona electa la decisión de renunciar o no. Ayer, Ana Bretón se expresaba con cautela sobre lo que sucederá ya que «el proceso es largo, aún debe conocerse la resolución y además se puede recurrir». La edil no negó la repercusión en un grupo municipal fracturado: «La situación es muy incómoda, los concejales ya ni nos hablamos», reconoció.

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