Andrea Gautier: «En la novatada se aprecia la masculinidad tóxica»
La productora Andrea Gautier asiste en el Centro Niemeyer de Avilés a la proyección de la película dirigida por su hermano
Andrea Gautier, directora de la productora Smiz and Pixel, ha estado en Avilés en el Centro Niemeyer en el pase de la película 'El ... aspirante', dirigida por su hermano Juan, a la que ha seguido un coloquio.
– 'El aspirante' nació como un cortometraje y después amplió metraje. ¿El tema lo pedía?
–El proyecto surgió hace bastantes años, trabajando en la producción de contenidos didácticos. Nos contactó una asociación que trabaja con hombres condenados por violencia de género que quería que les elaboráramos un contenido de ficción para abordar con esta población la construcción de las masculinidades normativas asociadas a conductas de riesgo. El director, que es mi hermano, y yo crecimos muy próximos al entorno del Colegio Mayor Chaminade, que lo dirigía mi padre y que fue pionero en la prohibición de las novatadas. Nos dimos cuenta que las novatadas tenían todos los ingredientes de todo esto: la presión del grupo, las relaciones de poder, sobre todo en los colectivos masculinos, la necesidad de integración... Y lo seguimos trabajando en el tema porque tenía elementos para un thiller de ficción.
–La película, según dice la crítica es muy impactante.
–Es una película muy intensa que te atrapa desde el principio. Cuenta las primeras 24 horas que viven dos chicos jóvenes que llegan a la gran capital desde su pueblo. Ese proceso de querer integrarse se va volviendo turbio y tiene un desenlace trágico. Pretende reflejar una montaña rusa, las contradicciones que los chavales viven muchas veces porque hay una delgada línea roja entre la broma y unas humillaciones que incluso ponen en riesgo la integridad física. En este relato se habla también de como se pasa de víctima a victimario. Porque esto de las novatadas es muy perverso. No es como el 'bullying' (acoso), que tú no lo eliges. En las novatadas tú puedes elegir no participar pero tiene ese componente perverso porque tú entras sabiendo que en unos años tú ejercerás ese papel con los novatos.
–¿Cree que se puede elegir?
–Es un proceso integración basado en la idea de que el mundo se divide en dos: los fuertes y los débiles o los guays y los pringaos. También es interesante ver que aunque hay novatadas en todos los ámbitos, se dan principalmente en las universidades. Cómo se construye un verdugo y todo el universo de la masculinidad tóxica es un elemento muy reconocible.
–No todo el mundo ha vivido novatadas. ¿La película no exagera?
–Lamentablemente la realidad supera la ficción. Acaba de haber dos suicidios de chavales. Se cree que ya no se dan novatadas hasta que vas al campus de la Ciudad Universitaria. La gente tiende a blanquear la novatada porque tiene elementos asociados a lo lúdico que hace que sea difícil diferenciarlo de una broma pesada. Y mucha gente sale traumatizada porque depende de tu fortaleza y de tu entorno social, hay chavales más vulnerables y que lo pasan realmente mal.
–¿Qué efectos provoca?
–Curiosamente la película no solo apela a gente que lo ha pasado mal, sino que alguno se da cuenta de que fue un maltratador. Uno no siempre es consciente de cómo se está comportando.
–¿Y las novatadas son cosas de hombres?
–Dejamos entrever como las mujeres tendemos a repetir estas prácticas, solo que en este caso siempre hay una connotación sexual súper clara.
–Imagino que su padre fue una fuente de información de primer orden.
–Así fue. Nos permitió hacer toda la asociación de temas. Nosotros vivimos a finales de los años 90 los procesos asamblearios de los propios estudiantes para prohibir las novatadas, que también es algo coercitivo. Hay muchos colegios que aparentemente las tienen prohibidas pero hacen la vista gorda. Además, uno de los actores que participó en el corto estaba estudiando en un colegio mayor y tuvimos ocasión de entrevistar a mucha gente. Todas las novatadas están documentadas.
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