Los ángeles del Hospital San Agustín

«Estamos aquí para dar tratamientos pero, sobre todo, para cuidar y tranquilizar a nuestros pacientes, personas que afrontan con valentía y fortaleza una situación vital muy complicada», asegura Tere Bravo, enfermera del hospital de día oncohematológico del San Agustín.

En esta unidad asistencial del Área III se suministran tratamientos hospitalarios como la quimioterapia, que precisan vigilancia pero no requieren ingreso.

Aunque lo que caracteriza a este servicio es la especial implicación y el apoyo emocional que el equipo de enfermería ofrece a sus pacientes. «Son increíbles. Además de excelentes profesionales, derrochan empatía y se vuelcan con los enfermos a los que escuchan, miman y consienten», afirma la supervisora del hospital de día, Maribel Rocha.

«No hacemos nada que no hagan otras compañeras. Los que son especiales son los pacientes y agradecen un mínimo gesto que tengas. Por eso, llegas a una relación y empatía mucho más directas que en el resto de los servicios», afirma Mónica Álvarez.

En 2017, el hospital de día médico oncohematológico del San Agustín atendió una media de entre 45 y 50 pacientes diarios. La mayor parte de ellos corresponden a la parte oncológica de la unidad, donde se suministran tratamientos de quimioterapia a enfermos de cáncer colorrectal, de mama y gástrico, y a los que se sumarán en breve pacientes de cáncer ovárico.

En cuanto a los tratamientos de hematología, hay un parte oncológica donde se tratan con quimioterapia mielomas, leucemias y linfomas.

También se atienden otro tipo de patologías de la sangre como enfermedades autoinmunes, algunas anemias y otros problemas que se tratan con transfusiones, con hierro, y que no precisan con quimioterapia.

A este servicio médico llegan además pacientes del resto de las áreas del hospital que precisan tratamiento sin necesidad de ser ingresados. Las especialidades que más pacientes derivan a la unidad son digestivo, reumatología o urología, entre otras. En total, en 2017, el equipo del hospital de día realizó 11.130 intervenciones, de ellas 3.200 fueron a pacientes oncológicos, 4.330 a pacientes del servicio de hematología y otras 3.600 se realizaron a pacientes derivados de otras especialidades hospitalarias.

El personal del hospital de día se compone de cuatro enfermeras, una auxiliar y la supervisora. El equipo desarrolla su labor de lunes a viernes, de 7.30 a 15 horas.

Cuando los pacientes llegan al hospital de día, se les hace un análisis de sangre. Una vez obtenido el resultado, el médico determina el tratamiento farmacológico a aplicar y la farmacia del hospital lo elabora al momento, al tratarse de medicamentos delicados y muy caros.

«Son medicamentos citostáticos, sustancias muy tóxicas que una enfermera y una auxiliar preparan en una campana de flujo laminar vertical», explica Maribel Rocha.

Una vez revisado el tratamiento se aplica. La duración varía, desde los más cortos, de entre quince y treinta minutos, hasta la mayoría que son de entre dos y cuatro horas. Cada ciclo de quimioterapia también es distinto, «los hay que vienen una vez a la semana, otros cada quince días y otros cada veintiún días».

La evidente carga emocional del trabajo diario hace «más dura la labor, pero también más enriquecedora» y ninguna de las integrantes del equipo cambiaría su puesto por otro. «Hay partes muy duras y muy gratificantes. Cuando alguien se cura y viene a vernos y a decirnos lo bien que están es algo muy emocionante. También es cierto que perdemos a mucha gente y aún así sus familias vienen con una caja de bombones y te demuestran tal cariño y te valoran tanto que nos sentimos gratificadas», asegura Beatriz Suárez.