Borrar
Cristina Villaverde continuó ayer recogiendo firmas en la iglesia. PATRICIA BREGÓN
«El arzobispo no nos tiene en cuenta, no queremos que Alfonso Abel se vaya»

«El arzobispo no nos tiene en cuenta, no queremos que Alfonso Abel se vaya»

Los feligreses de La Magdalena aprovechan la celebración de la Sacramental para recoger firmas contra el traslado del párroco a El Pozón

S. GONZÁLEZ

AVILÉS.

Lunes, 23 de julio 2018, 03:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los feligreses de La Magdalena lo tienen claro, no quieren despedirse de su párroco. Alfonso Abel Vázquez pasará a ser vicario de Llaranes-El Pozón a partir de septiembre. Una decisión del Arzobispado de Oviedo que no ha gustado nada a los asiduos de la parroquia. «El Arzobispo no nos tiene en cuenta, no queremos que el párroco se marche. Digo yo que si somos los que venimos a misa algo tendremos que decir», decía ayer Teresa Bellas, a la puerta de la iglesia de La Magdalena donde se recogieron firmas para evitar el traslado.

Alfonso Abel celebraba ayer la misa de la Sacramental en el templo, pero antes de que comenzase la ceremonia era otro de sus feligreses quien tomaba la palabra para mostrar su descontento con las últimas decisiones del Arzobispado. Ya superan las cien firmas y seguirán recogiéndolas hasta primeros de septiembre, cuando las harán llegar a las autoridades eclesiásticas. «Ya tenemos muchas pero seguimos repartiendo hojas por varios establecimientos, que vean que la parroquia está unida en esto», decía ayer a la puerta de la iglesia Cristina Villaverde.

Los feligreses no dudaron en dejar su rúbrica en los papeles que se repartieron en la campa de La Magdalena y tampoco en mostrar su enfado con la decisión. «Estoy totalmente en contra. Ya está bien de cambios, es el tercer párroco que pasa por aquí desde que murió Julián Ron. Estamos hechos a él, le tenemos aprecio y esto no se puede admitir», recalcó Margarita Sirgo, que también añadía que «Alfonso Abel ha sido muy atento con todos nosotros. Cuando le necesitamos le llamamos y ahí está. Al enterarme de su traslado me disgusté bastante», decía entre lágrimas.

Ayer la iglesia de La Magdalena se llenaba para celebrar la Sacramental. Jóvenes y adultos compartieron bancadas, pero también el sentimiento de pena de tener que despedirse del párroco que les acompañó los últimos años. «Yo he firmado porque opino igual que el resto, no se le debería de cambiar. Es un hombre que cae muy bien en la parroquia y que se lo ha ganado a pulso», decía César Baños.

Alfonso Abel llegó a la iglesia ajeno a la recogida de firmas y aunque antes de la misa los feligreses tomaron el altar para lanzar su mensaje reivindicativo, él se mantuvo al margen e inició la ceremonia con total normalidad. «Es un hombre cercano, que se ha movido mucho para conseguir que la gente vuelva a acercarse a la iglesia. Ha seguido una línea de recuperar tradiciones. Ahora tendremos que empezar de cero y seguramente muchos de nuestros jóvenes se marchen. Mismamente mi hijo dejó de venir cuando murió Julián y no volvió hasta que llegó él», explicaba Teresa Bellas.

La mujer hacía hincapié, avalada por otros de los presentes en que «los feligreses también tendremos algo que decir en todo esto, pero no se nos ha preguntado ni siquiera se nos han dado razones de peso. Ahora llegará un cura de Valencia al que no conocemos absolutamente de nada», lamentó.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios