María Josefa Sanz, segunda por la izquierda, guía a los socios del Centro Asturiano de Madrid por el casco histórico. MARIETA

«La asturianía es indeclinable»

El Centro Asturiano de Madrid celebra su encuentro anual en Avilés, que podría volver a ser el escenario el próximo año

C. R.

AVILÉS.

Jueves, 9 de agosto 2018, 01:19

Algunos llevan más de media vida fuera, otros ni siquiera han nacido aquí, pero todos se sienten asturianos y como tal militan en el Centro Asturiano de Madrid, que ayer celebró en Avilés su encuentro anual. Una reunión de amigos y un reencuentro con una ciudad que tiene muchas papeletas para repetir como escenario festivo estival de la emigración asturiana en la capital en 2019, en coincidencia con la celebración del año de Pedro Menéndez, la conmemoración de los quinientos años del nacimiento del marino avilesino que fundó el primer asentamiento europeo de los actuales Estados Unidos.

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Un día después de que el Centro Asturiano entregase en la Feria Internacional de Muestras sus galardones anuales, los populares Urogallos, uno de ellos a la castrillonense Cofradía de la Buena Mesa del Mar, los socios se trasladaron hasta Avilés para realizar una visita guiada por la villa milenaria a cargo de la Cronista Oficial, María Josefa Sanz, y compartir mesa y mantel después en el restaurante La Serrana. 66 comensales se dieron cita con la directiva del Centro Asturiano de Madrid a la cabeza, con su presidente y su presidente adjunto, Valentín Martínez-Otero y Andrés Menéndez Pérez, respectivamente. «Recuerdo un Avilés muy feo y sucio y la sorpresa ha sido encontrarlo muy remozado y limpio, aunque algún edificio necesitaría una mano de pintura», resumió este segundo tras haber paseado una hora y media por el centro de Avilés.

La Cronista Oficial de la Villa los condujo por la calle de Rivero, el bosque inglés y el jardín francés del parque de Ferrera, el palacio de los antiguos marqueses hoy reconvertido en hotel, se asomaron a la calle de Galiana e hicieron un alto en la plaza de Álvarez Acebal, alrededor de la cual hubo mucho que explicar. El recorrido continuó por la calle de la Ferrería, el palacio de Valdecarzana, la iglesia de San Antonio de Padua, en cuyo interior visitaron el cenotafio de Pedro Menéndez, la iglesia vieja de Sabugo y la nueva. Por último, Sanz los llevó al mercado, en la plaza de Hermanos Orbón.

Una extensa y completa visita que dejó muy satisfechos, además de un poco cansados, a los integrantes de la comitiva.

A pesar de llevar 59 años fuera, el presidente adjunto aseguró que «el sentimiento de asturianía es indeclinable. No se pierde. Yo me sigo sintiendo muy asturiano, a pesar de estar muy a gusto en Madrid, donde nunca te preguntan de dónde vienes sino a dónde vas».

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