Un edificio de viviendas de Avilés lleva una semana sin ascensor tras la caída mortal de un perro al foso

Eso es lo que creían, pero la realidad es que el servicio de Inspección de la consejería solo comprobó la seguridad del ascensor sin investigar el suceso. Ayer por la mañana firmó la aprobación que permitía que el equipamiento entrara en funcionamiento de nuevo y se lo trasladó a la empresa de ascensores.

En conversación con este periódico, la hija de la dueña del perro (la mujer está temporalmente en el edificio mientras realizan unas obras en su vivienda) explica que no saben lo que pasó y para que se arroje un poco de luz han solicitado las cámara de grabación del portal.

Tan solo tiene claro que su madre quedó atrapada en el ascensor y un vecino de la primera planta llamó al técnico de la empresa que unos minutos más tarde la sacó. Fue este el que dijo que «algo debió fallar en el ascensor» porque, según explica la hija, «mi madre se metió dentro y el perro se quedó fuera, en el bajo, atado con la correa. El caso es que el perro desapareció y apareció después en el foso».

«Algo tuvo que ocurrir. Las puertas del ascensor es fácil que se abriesen por error o que saltasen por error y que por eso el perro cayese», especula. Lo único que sabe seguro es que el perro se cayó y murió y su madre está sufriendo por ello.

A esto se sumó la paralización del ascensor que, salvo a los vecinos de las plantas más bajas, perjudicó a todo el vecindario, incluida la hija de la dueña del perro que vive en una de los pisos más altas. Es más, en el edificio hay al menos un residente con muletas y una vecina en silla de ruedas que durante seis días no pudo salir de casa.

Fue decisión del técnico del ascensor su precinto y la posterior comunicación del caso a la consejería de Industria, que es la encargada de los permisos de la instalación y el control de ascensores en los inmuebles.

El vecindario de este edificio de la Plaza de la Guitarra recuperó la normalidad ayer por la tarde, pero aún no se explica qué pudo pasar.