Avilés y el Colegio de Arquitectos convocarán un concurso de ideas para definir el uso del gasómetro
El Ayuntamiento concede una subvención directa al COAA para la organización de un certamen que ayude a definir su uso futuro
Cuando se afrontan las últimas fases del proyecto del polígono de baterías de cok, el Ayuntamiento de Avilés y el Colegio de Arquitectos de ... Asturias (COAA) se disponen a convocar un concurso de ideas para ayudar a definir el futuro uso del gasómetro, la única instalación que se mantiene en pie junto con el edificio de almacenes generales y que será cedido al Ayuntamiento por la empresa estatal Sepides.
El consistorio concederá una subvención directa de 15.000 euros al COAA para organizar este certamen, que se planteará a nivel internacional, para que profesionales de la arquitectura y el urbanismo aborden las posibilidades de reutilización y recuperación de la estructura. «Es una pieza importante, grande y muy representativa del patrimonio industrial asturiano, que almacena la memoria colectiva del pasado», señala el presidente del colegio, Miguel Casariego, que valoró ayer muy positivamente la disposición del Ayuntamiento para conservar este elemento.
«Es un símbolo de lo que había en este entorno de baterías, y pretendemos que tenga una utilidad para la ciudad», asegura la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, que espera que del concurso puedan salir ideas para su posterior debate público.
El concurso no será vinculante, es decir, que el hecho de que un proyecto resulte ganador no significa que ese proyecto vaya a llevarse a cabo. La intención es nutrirse de ideas que sirvan de apoyo a la hora de tomar la decisión final de qué usos darle al gasómetro, una estructura cilíndrica de 95 metros de altura que, junto a su gemelo y las chimeneas marcó durante décadas el 'skyline' avilesino.
La intención del Ayuntamiento es desarrollar en él un equipamiento público que convierta al antiguo almacén almacén de gas «en un símbolo, a la vez, del progreso industrial y de la innovación municipal». El objetivo es que los participantes planteen cómo debe encaminarse la rehabilitación del gasómetro y a qué usos puede destinarse finalmente, «teniendo en cuenta la actuación arquitectónica necesaria, así como los usos urbanísticos previstos». Se pedirá tener en cuenta cuestiones como «la descarbonización de la edificación, la circularidad de los materiales, el empleo de madera de proximidad o la rentabilización y la protección del bosque».
La conservación del gasómetro, que inicialmente no estaba prevista, fue una petición del Ayuntamiento a Sepides después de que distintos colectivos, entre ellos el Colegio de Arquitectos, solicitasen la permanencia de algún elemento original de las baterías de cok. Sus usos, sin embargo, nunca han estado del todo claros, si bien sí parece que el gobierno se inclina porque sea de utilidad a las empresas.
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