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La plaza de España sigue siendo uno de los lugares emblemáticos de Avilés en cuanto a terrazas. MARIETA
Avilés tiene más de doscientas terrazas

Avilés tiene más de doscientas terrazas

La hostelería al aire libre crece un 35% desde 2015 y ocupa ya una superficie de 5.400 metros cuadrados | Los ingresos del Ayuntamiento por la instalación de mesas y sillas suben de 97.431 a 133.255 euros en los últimos tres años

YOLANDA DE LUIS

AVILÉS.

Domingo, 3 de junio 2018, 02:46

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En la memoria de quienes ya tenemos una edad está aquel Avilés con un casco histórico sombrío en el que la hostelería iba encontrando su espacio poco a poco. La recuperación urbanística iniciada en los años noventa con la peatonalización de Galiana dio paso al Avilés histórico actual, envidia de muchas ciudades, en donde la terrazas hosteleras ya son parte fundamental del paisaje.

El número de terrazas ha ido creciendo año a año desde aquellas nueve que se contabilizaban en las estadísticas municipales en 1990 a las 204 que están en este momento autorizadas para este año, son doce más que en 2017 y 71 más que hace tres años, es decir, el número de terrazas hosteleras en Avilés ha crecido un 35% desde 2015. Pero si la vista la ponemos más atrás el aumento ha sido todavía más espectacular, basta solo con decir que en el año 2000 la cifra era de 47 terrazas en toda la ciudad.

Hay dos momentos en la reciente historia de Avilés que han contribuido a la ordenación de estos elementos que ahora son fundamentales en la hostelería, especialmente desde la entrada en vigor de la ley que prohibe fumar en el interior de los establecimientos hosteleros. El primero fue el año 2000, cuando el Ayuntamiento reguló por primera vez la instalación de mesas y sillas en el exterior de los bares con una ordenanza que trató de mejorar estéticamente la imagen acorde con un casco histórico recuperado arquitectónicamente.

Su puesta en marcha no estuvo exenta de polémica porque los hosteleros hasta entonces utilizaban mayoritariamente mesas y sillas de plástico que sus proveedores le suministraban y en ese momento se veían obligados a efectuar un desembolso para adquirir nuevo material en el que el plástico quedaba completamente prohibido. En aquel momento se contabilizaban 530 mesas y 2.180 sillas, fundamentalmente en el casco histórico, en medio centenar de terrazas, pero es que un año antes solo había cincuenta mesas contabilizadas.

Precisamente el segundo momento en la regulación de las terrazas fue el cambio en el sistema empleado para establecer la tasa pública que deben pagar. Este es más reciente, la ordenanza se aprobó en noviembre de 2013 y en ella se establecen también los horarios de este tipo de instalaciones que se habían multiplicado y llenado las calles del centro de la villa.

A partir de ese año se comienza a contabilizar los metros cuadrados de suelo que ocupan las terrazas en lugar del número de mesas y sillas para establecer la tasa a pagar por los hosteleros. Las primeras cifras que se manejan son del año 2015 después de un ejercicio (2014) de adaptación de la hostelería al nuevo sistema. Hace tres años había 3.933 metros cuadrados de superficie ocupada por este tipo de instalaciones. El año pasado la cifra ya era de prácticamente 5.400 metros cuadrados, cantidad que se verá superada este ejercicio ya que se han autorizado, de momento, doce nuevas terrazas en la ciudad. Es decir, mesas y sillas de bares, sidrerías y restaurantes ocupan actualmente 1.462 metros cuadrados más que hace tres años, un crecimiento del 27% que todavía será mayor cuando al finalizar 2018 se realice la nueva estadística incluyendo las nuevas instalaciones autorizadas.

Casco histórico

La ordenanza aprobada por el Ayuntamiento en el año 2013 también dividió la ciudad en tres zonas, que en términos generales son el centro de la ciudad con su casco histórico, los barrios y la periferia. Aunque pueda parecer que en donde más ha crecido el número de terrazas es en el casco histórico en estos últimos años, la estadística municipal demuestra que donde más lo ha hecho es en la zona dos, la que se corresponde con los barrios que rodean al casco histórico, como por ejemplo El Quirinal, y también el resto de los barrios de la ciudad como por ejemplo Villalegre.

En el año 2015 había en el casco histórico de Avilés instaladas 82 terrazas que ocupaban 3.039 metros cuadrados, el año pasado -el último del que se dispone de la estadística completa- había ya 105 y ocupaban 3.594 metros cuadrados. En la zona dos, la que simplificando se podría decir que se corresponde con los barrios, había hace tres años 47 locales hosteleros con este tipo de instalación exterior y en 2017 ya eran 77, pasando de ocupar 781 a 1.594 metros cuadrados, es decir, la superficie se ha más que duplicado en estos tres años. También crecieron porcentualmente de forma significativa las terrazas en la periferia pasando de cuatro a diez en el periodo referido y de 113 a 207 metros cuadrados de suelo ocupados.

El Ayuntamiento optó por utilizar para el cobro por terraza los metros de suelo público ocupados por entender que el sistema sería más ecuánime para los hosteleros, al pagarse más si la mesa es más grande. Como es lógico, el aumento del número de establecimiento hosteleros con terrazas ha supuesto también un notable incremento en los ingresos que tiene el Ayuntamiento por estas instalaciones.

Suben los ingresos un 27%

Las estadísticas de los últimos tres años demuestran ese crecimiento en los ingresos, acorde con el aumento en el número de metros cuadrados ocupados, creció un 27% entre 2015 y 2017, se produce también el mismo aumento en los ingresos que tiene el Ayuntamiento por el cobro de esta tasa a la hostelería.

Hace tres años el importe había sido de 97.431 euros mientras que el año pasado fue de 133.255 euros, son 38.821 euros más. Pero si se echa la vista mucho más atrás las diferencias son todavía mayores. Por ejemplo, en 1997 se habían recaudado 15.000 euros (entonces 2,3 millones de pesetas) y en 2000, cuando ya comenzaba a aumentar el número de terrazas, la cifra se había duplicado.

Pero no es este el único concepto por el que ingresa el Ayuntamiento. El concejal de Promoción Económica, Manuel Campa, recordó que también se cobra a los hosteleros que dejan su mobiliario apilado en la vía pública. «No sería lógico premiar a alguien que no tiene un local para recoger mesas y sillas», explica. El año pasado se contabilizaron 401 metros cuadrados de suelo público ocupado con el fin de apilar mesas y sillas de las terrazas, la mayor parte del terreno en el casco histórico, 254 metros cuadrados y en los barrios, 130. El Ayuntamiento ingresó 10.388 euros por este concepto.

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