Las obras de la escuelina del colegio Palacio Valdés de Avilés comenzarán mañana pese a las protestas
Las familias se manifiestan para exigir «espacios dignos» mientras la Consejería de Educación del Principado de Asturias asegura que las aulas serán mayores de lo que marca la norma
Con la gran mayoría de padres en contra y el AMPA entre la espada y la pared, las obras de la escuelina 'Curriveras' ... comenzarán mañana en el colegio público Palacio Valdés de Avilés. Es la decisión ratificada ayer por la mañana tras la reunión entre la Consejería de Educación del Principado de Asturias y el equipo directivo del centro, que por la tarde fue trasladada a unos padres que planean más protestas tras llevar a cabo su anunciada manifestación durante la entrada de los niños a clase.
Mientras que la directora del colegio, Isabel Suárez, apelaba a la Consejería para dar explicaciones, lo cierto es que la administración regional confirmó al colegio avilesino sus intenciones: comenzar mañana miércoles las obras de la escuelina y que las aulas de los niños de 3 y 4 años se trasladen a una zona del edificio principal del centro que en estos momentos se utiliza como aula de psicomotricidad.
La noticia publicada por LA VOZ DE AVILÉS el pasado jueves propició la intervención del concejal de Educación del Ayuntamiento de Avilés, Juan Carlos Guerrero, trato de calmar los ánimos. «Es una negociación entre la consejería y el colegio. Nos sorprendió la reacción de los padres, pero quisimos hablar con ellos y estamos ejerciendo un poco como mediadores. Mi sensación es que ha habido un poco de desinformación al respecto. A nivel municipal colaboraremos a nivel logístico, pero estamos convencidos de que la construcción de 'Curriveras' será buena para todos. Ojalá esta situación tenga un final feliz», expresó el edil.
Ayer por la tarde, las explicaciones del equipo directivo a los indignados padres no calaron demasiado hondo. «Nos dicen que el tamaño de las aulas será siete metros cuadrados más grande que el mínimo que marca la ley, aunque finalmente pasaremos de cuatro a tres aulas, con lo que ello conlleva. Ya para este curso hubo un importante descenso de matrículas, porque la situación es la que es a la hora de explicar cómo están las instalaciones del colegio, y creo que el futuro que se nos presenta es convertirnos pronto en un colegio de Línea 1, con lo que supondrá a nivel de dinero, de excursiones...», lamentan los progenitores.
Compromisos
Las preocupaciones de los padres han llevado al equipo directivo a dar más información sobre la realización de las obras, que tendrán lugar «por las tardes y los fines de semana, para así entorpecer lo mínimo posible el horario lectivo». Además, se implementará el servicio de limpieza «para minimizar las molestias». También se tendrá en cuenta la logística para que los niños y niñas trasladados puedan acudir al baño sin que su seguridad corra peligro, si bien es algo que «en un primer momento nadie nos había comunicado. Ha habido mucha desinformación».
Los últimos acontecimientos han dividido un tanto a los padres. Los hay que se han echado encima del AMPA, que ha tenido poco margen de maniobra; otros empiezan a asumir con resignación la situación y un tercer grupo planea más medidas por aquello del 'derecho a la pataleta'. Así, en algunos círculos se empieza a comentar que una representación de padres acudirá mañana, el día que comienzan las obras, al Ayuntamiento a mostrar su malestar con las medidas. En todo caso, la sensación es que nada va a poder parar el inicio de las obras.
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