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Esquina de la calle Dolores Ibárruri y Fuero de Avilés en la que estaba proyectada la torre de catorce plantas, que finalmente quedará en diez. MARIETA
Campelo renuncia a su torre emblemática en El Quirinal ante las quejas vecinales

Campelo renuncia a su torre emblemática en El Quirinal ante las quejas vecinales

El promotor llega a un acuerdo con el Ayuntamiento para rebajar cuatro alturas y compensar el aprovechamiento en el resto de la manzana

ALBERTO SANTOS

AVILÉS.

Lunes, 18 de septiembre 2017, 04:21

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Los vecinos se sentían incómodos ante un edificio de catorce alturas que taparía las vistas y restaría luminosidad a sus viviendas, y el promotor ha atendido sus quejas con un acuerdo que es satisfactorio para ambas partes. Así ha reaccionado Manuel Campelo al malestar vecinal con la que iba a ser su torre emblemática en la manzana que construye entre las calles de José Cueto, Fuero y Dolores Ibárruri, en El Quirinal. Preocupado por las quejas de los inquilinos de los edificios del entorno, ha considerado la opción de rebajar de catorce a diez las alturas del edificio más alto y ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento que le permite modificar el convenio urbanístico vigente en la zona.

«Los vecinos estaban molestos porque el edificio les iba a tapar y yo quiero el beneficio de los vecinos. Se lo planteé a la alcaldesa y a los técnicos municipales, y estaban de acuerdo, así que buscamos soluciones», explicó Manuel Campelo a este periódico.

El arquitecto José Antonio Menéndez, responsable de la urbanización de la 'manzana' que construye Campelo en El Quirinal, se puso manos a la obra para negociar un nuevo estudio de detalle con el gobierno local que ha dado como resultado una rebaja de catorce a diez alturas en la torre que rematará la urbanización en la calle del Fuero, esquina con Dolores Ibárruri.

Este edificio singular surgió del convenio inicial para la construcción de la manzana, en base al aprovechamiento al que tenía derecho el promotor. Se trataba de construir un edificio singular, más alto que el resto de los bloques contiguos, que se convertiría en un símbolo de la zona. Tendría catorce alturas y remataría la actuación.

Los vecinos de los edificios adyacentes de El Quirinal, una zona de notable expansión urbanística en los últimos años, habían expresado su malestar tras conocer los planes de la citada torre. Según sus quejas, un edificio de catorce alturas, en una cota ya de por sí superior al resto de la 'manzana' al estar en pendiente ascendente, les restaría a sus viviendas vistas y luz, y generaría sombras molestas entre edificios.

A pesar de tener derecho a construir la torre en virtud del convenio firmado en su día por el Ayuntamiento, Manuel Campelo ha querido tener un gesto con los vecinos y ha promovido un cambio en los aprovechamientos urbanísticos, con el visto bueno de los servicios técnicos municipales.

De la colaboración entre el promotor y el Ayuntamiento surgió la opción de dar una imagen más homogénea a la manzana, sin perjuicio del aprovechamiento urbanístico al que tiene derecho Construcciones Campelo. «Así nadie pierde, los vecinos ven satisfechas sus demandas, el promotor mantiene sus derechos en la zona y el Ayuntamiento está de acuerdo», valoró a este periódico el arquitecto José Antonio Menéndez.

La manzana consta de seis solares, cinco de ellos son propiedad de Campelo y el sexto le correspondería al Ayuntamiento en virtud del aprovechamiento urbanístico que tiene en la operación. Por tanto, de los cinco solares del promotor uno ya está construido, el segundo se está rematando y el siguiente sería la polémica torre que cerraría el conjunto por la parte superior la que linda con la calle del Fuero de Avilés y Dolores Ibárruri. Restaría urbanizar otros dos que también son de su propiedad, mientras que con el del Ayuntamiento cabe la posibilidad de que se compre o se negocie una permuta por otro solar.

El acuerdo para renunciar a la torre incluye rebajar de catorce a diez alturas el aprovechamiento del solar. A cambio, los dos que aún no están urbanizados (el que remata la 'manzana' abajo en la rotonda y el que continúa por la calle de José Cueto) tendrán una altura más (el de la esquina de la rotonda pasará de nueve a diez plantas y el otro de José Cueto subirá de ocho a nueve ). Los dos que están en pie (el ya construido y el que está en fase de remate de las obras) tienen diez alturas cada uno.

De esta forma, se mantiene el aprovechamiento, pero de forma redistribuida, con el objetivo de que todas las partes implicadas (promotor, Ayuntamiento y vecinos) queden satisfechas.

Un edificio singular

El Ayuntamiento había dado en el año 2008 su bueno definitivo al proyecto de actuación presentado por Construcciones Campelo para desarrollar la unidad del PGOU situada en El Quirinal, en el que en principio se incluía la construcción de siete edificios, uno de ellos una torre de catorce alturas.

El Consistorio había aprobado previamente este proyecto de actuación que afecta a un área de 3.152 metros cuadrados que se sitúan entre Dolores Ibárruri, José Cueto y Fuero de Avilés. Al no presentarse alegaciones, se procedió a la aprobación definitiva y a la vez se notificó a aquellos propietarios que no se hubieran incorporado a la Junta de Compensación que tenían un plazo de un mes para hacerlo.

Inicialmente en este acuerdo, incluido en el Plan General de Ordenación Urbana, se contemplaba que la torre tuviera dieciséis pisos de altura, lo que ya en ese momento suscitó el rechazo de las comunidades de propietarios de los edificios colindantes y también de la asociación vecinal que presentó en el Ayuntamiento firmas en contra del proyecto.

Finalmente, la torre fue rebajada en dos alturas (hasta catorce) y junto a ella se aprobó la construcción de dos edificios más con diez alturas, otros dos con nueve y dos más con ocho, uno de ellos el que le correspondería al Ayuntamiento en base al aprovechamiento urbanístico municipal firmado en el correspondiente convenio.

Los vecinos de El Quirinal también rechazaron la nueva versión del convenio urbanístico con la promotora Construcciones Campelo. «La reducción en dos alturas es insignificante. Hay que tener en cuenta que seguirá superando en cinco pisos a los edificios del resto de la zona», afirmaba el entonces presidente de la asociación, Alejandro Cueli, que después pasaría a ser portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Avilés, cargo que ha dejado este año.

La torre se situaría en la esquina del solar, en la confluencia de Dolores Ibárruri con José Cueto. Mientras que los edificios más bajos se ubicarían en la rotonda de Dolores Ibárruri y José Cueto. Las edificaciones que rodean a esta nueva manzana de edificios tienen desde seis alturas hasta un máximo de nueve en el caso de las más cercanas al estadio de atletismo del Complejo Deportivo Avilés.

El nuevo estudio de detalle homogeneiza los inmuebles de Campelo, con una altura máxima de diez pisos en tres edificios, los dos construidos más el que sustituirá a la torre, y una mínima de ocho.

Actuaciones en marcha

Además de la actuación urbanística de Campelo en El Quirinal, en el mismo perfil de promoción de vivienda libre se encuentran en la actualidad 110 viviendas en la ciudad, bien en fase de comercialización o mucho más avanzadas, como es el caso de las 34 viviendas que Rubín Desarrollos Urbanos levantará en la calle Esther Carreño, todas de vivienda libre.

A escasos metros, Proiecto concluirá la primera fase de la 'Manzana de los Chaplin' para finales de este año mientras ya trabaja en otras veinte viviendas de la segunda fase. El proyecto se podría presentar a principios del otoño.

En estado de comercialización se encuentran dos inversiones de rehabilitación que supondrán una importante mejora para la imagen de la ciudad por su situación. Es el caso de la rehabilitación de la esquina situada entre Casa Lin y La Botella y el edificio ubicado frente al Centro de Salud de Llano Ponte. Cada una de las promociones sacará al mercado doce viviendas.

Vegasol impulsa el proyecto de Llano Ponte. Esperan cerrar la comercialización a finales de año para iniciar la ejecución que se alargará entre un año y medio y dos años. La obligación de hacer estudios arqueológicos dificulta que la empresa pueda acortar más los plazos.

Progesde es la empresa que proyecta la actuación en Emile Robín y los plazos también son similares a la anterior actuación, siempre confiando en una buena respuesta de los compradores.

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